La intención del informe es presentar el problema sobre qué tipo de oferta cultural es la que se está constituyendo en la Ciudad de Buenos Aires, y su distribución en el territorio. La información generada de estos análisis puede ser un diagnóstico clave para una planificación cultural enfocada en:
La participación ciudadana y el pleno ejercicio de los derechos culturales.
La deconstrucción de los apegos identitarios y la valoración de la creación sociocultural autónoma tanto privada como comunitaria.
La promoción a la mayor circulación de los bienes cultuales en las ciudades para combatir el deterioro de la relaciones sociales, y la puesta de límites al fundamentalismo del mercado
La inclusión del territorio como aspecto del problema, y el trabajo en red y cooperación con distintos agentes.
El primer acercamiento nos mostró que el 42% de la oferta cultural en CABA está en el corredor norte de la ciudad; en las Comunas 1, 2 y 14. En un segundo nivel el centro de la ciudad, con el 24%, alcanzando tan solo un 9% en las comunas sur y este de la ciudad.
Luego pensamos cuántos espacios culturales habría cada mil habitantes y cuál sería la densidad demográfica de aquella comuna, para incorporar o no la cuestión si la concentración fuera donde hay más habitantes:
Encontramos que en la comuna del microcentro porteño hay hasta 5 espacios culturales cada 1000 personas. Aquí vimos que el corredor norte sigue liderando la oferta cultural, sumando a Palermo, Recoleta y el microcentro hasta 7 espacios cada 1000 habitantes. Que es un gran número si tomamos en cuenta que son comunas contiguas y la alta cantidad de combinación de transportes que hay en la zona; subte, colectivos, trenes, todo.
Mientras que en la zona sureste y este no llega siquiera a un espacio cada 1000 personas, la única comuna de la zona que tiene uno cada 1000 es la 6. Otro dato es que en el centro geográfico de la ciudad, donde están las comunas con mayor densidad demográfica, la 3, 5 y 6 apenas llegan a 3 espacios cada 1000 habitantes.
Si tomamos la Avenida Rivadavia vemos que lamentablemente sigue operando como línea divisoria de la ciudad, en lo que nos concierne a la oferta cultural.
Otro dato que nos interesó fue la Comuna 15, cuya densidad demográfica es menor pero entra en el corredor con mayor oferta cultural. Este dato nos hizo pensar el lugar que está asumiendo la propuesta gastronómica de autor (Mercat en Villa Crespo y polo gastronómico en Chacarita), las casas de diseño y outlets de ropa, así como los distritos culturales (Distrito Audiovisuales en Palermo).
A continuación aplicamos un método de autocorrelación que rastrea los valores altos de cada barrio y los compara con los barrios contiguos, de esta manera el algoritmo permite descifrar zonas calientes y frías de oferta cultural.
En este mapa es mucho más claro la zonificación en forma de medialuna de escasa oferta cultural; empezando desde Barracas, hasta Villa Lugano y subiendo por Versalles hasta incluso Saavedra los barrios y sus vecinos tienen registrados pocos espacios culturales. Lo contrario ocurre desde el centro de la ciudad hacia el norte; el bloque de Almagro, Caballito, Palermo, Chacarita, Villa Crespo, Recoleta…
También es notorio que al oeste de la ciudad, donde hay barrios mas pudientes también sea esacasa la oferta cultural. Esto da a pensar que la cuestión económica no es el único factor a tener en cuenta en la distribución territorial de la cultura.
Esto llevó a preguntar también sobre qué tipo de cultura es la que se distribuye en cada barrio, ¿es la misma para todos? ¿Podríamos identificar propuestas culturales según los barrios?
Afinemos el análisis. Desde La Boca ya se ve una cierta densidad que se acrecienta llegando a microcentro, yendo para nuestro centro de la calle Tucumán hasta llegar a Recoleta. Allí sigue por Palermo y hasta llegar al límite con Chacarita y Colegiales. En el primer barrio mencionado está el Distrito de las Artes y lindante las milongas y tanguerías de San Telmo. Caminando por microcentro tenemos los teatros y librería (como espacios de mediación cultural). Y si vamos para el lado de Palermo, Chacarita, Villa Crespo, y Colegiales nos encontramos mayormente con bibliotecas, centros culturales, librerías y espacios escénicos y de exhibición.
En un primer análisis, la alta oferta del sur compuesta por galerías de arte propias del Distrito; definido por el GCABA como polo para “fomentar la creación, producción y difusión cultural en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, en los barrio de La Boca, y parte de San Telmo y Barracas.” Lindante: Caminito, el Mercado de San Telmo, los caserones y conventillos, el tango. La coexistencia entre dos lugares; uno atravesado por el turismo cultural en un territorio que operó de base para la construcción del “arrabal” como expresión estética del tango. Allí se vinculan los tres elementos operativos del concepto del lugar; el espacio geográfico, el barrio con sus conventillos y casas, y lo simbólico surgido de allí. De allí que históricamente al lugar (La Boca, San Telmo, Barracas) lo han moldeado sus vecines, y este a elles. Allí mismo, el Distrito de las Artes”.
Como iniciativa gubernamental de crear un polo artístico, ¿cuán ligados simbólicamente están les vecines de estos barrios ante esta política? ¿Cuánto dialoga este lugar con el arrabal y sus vecines?
### 7. El caso de Palermo
Cuando pensamos la cultura en la zona de Palermo decidimos incluir a Chacarita y Villa Crespo como parte del proceso de construcción de un tipo de cultura ligada a los consumos de ropa de outlets, gastronomía, diseños de autor y los mega eventos (Movistar Arena, Groove, Mandarine Park, el Hipódromo).
Pareció muy ejemplificativo que la calle Thames fue elegida por una revista internacional de turismo como la décima (10) calle más cool del mundo. Partimos de la hipótesis que esto es un consumo de una cultura cool; de objetos y prácticas culturales de moda impuestas por la industria. En paralelo ocurre un proceso de gentrificación, con la valorización del terreno, los alquileres y la carestía de la calidad de vida de vecines.
En principio los hogares con NBI y sin NBI cada 1000 habitantes. En este primer grupo entran barrios como Soldati, Lugano, Flores, Barracas, La Boca, Constitución y Retiro. Mientras que el este, el noreste y norte de la ciudad es mucho menor. Cuando incorporamos los hogares sin NBI, se refuerza esta observación; que en esta última zona es más pudiente que el sur. Este dato toma otra perspectiva cuando incorporamos cuántos hogares con NBI hay por cada espacios culturales.
Con este mapa se refuerza la distribución geográfica de la oferta cultural según el ingreso de los hogares. Los barrios del sur siguen siendo los perjudicados; con hasta 570 hogares con NBI por cada centro cultural. También apareas como Constitución y San Cristóbal. Mientras que en el norte, recordemos la bonanza económica que marcaba, hay aprox. 28 hogares con NBI por cada centro cultural, donde además es altísima la concentración de espacios.
Esta es una primera aproximación que demuestra tener varias aristas donde seguir profundizando;
En el este de la ciudad, aunque las condiciones económicas sean mejores, tampoco hay una alta cantidad en la oferta de la cultura. Si bien lo económico es un factor a tener en cuenta, geográficamente no pareciera agruparse por este único motivo. De hecho, el distrito de las Artes está emplazado en un barrio con alto número de hogares con NBI, y así Parque Patricios con el Distrito Tecnológico y el Diseño.
La composición de la oferta varía según los barrios. En el suroeste el turismo cultural del tango, pero también el Distrito de las Artes, donde sus vecines no lo sienten como parte de la identidad barrial, y al que le echan la culpa de la elevación del costo de vida. Es una política cultural también planificar los sentidos creados por vecines en relación a sus barrios, como lugares de encuentro, producción y mediación cultural. El proceso que se viene generando en el corredor norte es otro tema ya que está conectado con la aparición de los los polos gastronómicos, la industria creativa, los outlets de ropa y los mega-eventos. Es de especial interés el estudio sobre el desplazamiento de esta tendencia que se originó en Palermo y ahora sigue por Villa Crespo y Chacarita.
Al trabajar con datos generados por el gobierno porteño admitimos un sesgo, ya que estaríamos cometiendo un error al creer que esta base es un reflejo fiel de toda la producción cultural. Esto implica un compromiso por indagar sobre otras formas de producción cultural no hegemónicas, y que contemplen a las comunidades y los diversos grupos etarios que también forman parte de la ciudad. Flores, Vélez Sarsfield, Monte Castro, Agronomía son barrios aún y que la cultura allí realizada, tal vez en un club de barrio, no esté incorporada como categoría de registro es un factor a tener en cuenta en cómo se piensan las políticas culturales. Este dato dialoga con la forma de nombrar al beneficiario que hace el GCABA, como “asistente”.
Esto nos lleva a precisar el diagnóstico sobre qué tipo de cultura es la que se está componiendo en la CABA, quiénes tienen y tendrán acceso a ella de caso de seguir esta tendencia durante los próximos años. A su vez, qué efectores colaterales en el desarrollo urbano impacta la implementación de este tipo de políticas. También cómo se está registrando lo que es cultura y lo que no, para el luego diseño de políticas culturales, y cuáles son las políticas culturales del GCABA como acción o inacción de esta tendencia.