1 Introducción

El estudio del comportamiento electoral de los ciudadanos en función de sus características socioestructurales constituye uno de los pilares dentro de la ciencia política.

La hipótesis central de los autores de The People’s Choice (1944) de la escuela de Columbia 1 es que la predicción del voto es fácil si se conoce el estatus socio-económico, la religión y la raza de los individuos, esto es, las decisiones políticas se entenderían como un reflejo de las características sociales de los ciudadanos y por lo tanto, el comportamiento electoral expresaría demandas y orientaciones derivadas de las características sociológicas y económicas de los ciudadanos. De ésta forma la pregunta de investigación fundamental sería: ¿hasta qué punto en el voto se expresan las percepciones e intereses relacionados con la posición de las personas en la estructura social?


2 El marco teórico

2.1 La perspectiva sociológica

Morales analiza la influencia de ciertas condiciones sociales en la participación electoral, que incluyen los niveles:

  1. demográficos: la edad, el género, el ingreso y la ocupación.
  2. del entorno social: clase social, religión, etnia y comunidad lingüística.

Concluyendo que mientras más alto es el nivel socioeconómico, la participación electoral es más frecuente.

Pallarés, Riba y Fraile analizan el comportamiento electoral de los españoles en las elecciones generales en función de las variables socioeconómicas edad, género, nivel de estudios, clase social y religión. Luego de un análisis multivariado obtienen la irrelevancia del componente de género y el papel importante que siguen jugando la edad, la religiosidad y la clase social.

Se afirma que que en España el grupo más abstencionista es el de los jóvenes de 18 a 24 años y que a medida que aumenta la edad, el nivel de abstención va decreciendo hasta llegar al grupo de 55-64 años que es el más participativo, aumentando otra vez la abstención en el grupo de mayor edad, cuya explicación se ha basado tradicionalmente en la relación entre ciclo vital, integración social e implicación política.


Género y comportamiento electoral

La progresiva incorporación de la mujer al mundo laboral debería traducirse en una progresiva disminución de las diferencias de comportamiento electoral entre los sexos.


Nivel de estudios y comportamiento electoral

Pallarés, Riba y Fraile sostienen que la formación educativa permite la adquisición de recursos para el desarrollo personal, la integración social y profesional. Por ello la hipótesis principal en los estudios de actitudes y comportamiento político ha sido que un mayor nivel de estudios posibilita una mayor capacidad para desarrollarse social y económicamente y por ende, se vincula a mayores niveles satisfacción vital y de apoyo al sistema en general.

Se sostiene que el nivel de estudios no ha mostrado una relación muy directa con la orientación del voto, aunque sí se ha observado una relación indirecta a través de otras variables como la edad o la clase social.

En España el nivel de estudios no presenta una relación directa significativa con la participación electoral, tal y como sucede también en perspectiva comparada.

Pero como se ve en el siguiente punto, el nivel educativo y con ello la posición de clase, sí tendría influencia en la opción de voto. Así, la opción del Partido Popular español encuentra un mayor nivel relativo de apoyo entre los electores con mayores recursos educativos, siendo menor entre aquellos electores con uno menor (Pallarés, Riba y Fraile).


Posición de clase y comportamiento electoral

La literatura relevante defiende que el nivel de estudios de los ciudadanos está altamente correlacionado con su posición de clase, de la misma en que se espera que la opción conservadora sea más frecuente entre los que mayor nivel de educación presentan, dado que también son los que pertenecen a las clases sociales más altas. (Pallarés, Riba y Fraile).

El origen de estos estudios se localiza en el argumento de Lipset y Rokkan, según el cual la confrontación política se centra en varias dimensiones del conflicto político, entre las cuales destacan las que se identifican con la posición objetiva de clase de los individuos, determinada por el tipo de trabajo que realizan, el salario que perciben y su nivel de formación. De esa confrontación, surgen identidades políticas que cristalizan en el tiempo de tal manera que determinados partidos políticos acaban representando los intereses de ciertas clases sociales, destacando la dualidad entre partidos conservadores y partidos obreros.

La teoría sostiene entonces que la clase de los propietarios sería la que muestra un comportamiento más participativo y la de los trabajadores manuales cualificados y no cualificados presentarían un nivel de abstención superior a la media.


Religión y comportamiento electoral

Pallarés, Riba y Fraile sostienen que la religión constituye uno de los ejes de conflicto estructuradores de los alineamientos electorales y los sistemas de partidos en Europa, con lo que el estudio de las relaciones entre la orientación religiosa y el comportamiento electoral ha sido y continúa siendo un componente clásico de los estudios electorales a nivel comparado, afirmando que se da un mayor porcentaje de voto a los partidos de derechas entre los electores que se declaran católicos que entre los ateos o los no creyentes. Asimismo, entre los declarados católicos —la gran mayoría del electorado— se registra un mayor porcentaje de voto conservador entre los que asisten frecuentemente a misa que entre los no practicantes o los poco practicantes.

Dos son las explicaciones que se dan para justificar estos resultados: la existencia del histórico clivaje 2 religioso y la estrecha vinculación entre Iglesia católica y las opciones de derechas en España, lo que podría no ser extarpolable al caso chileno, dada la postura de defensa a los DDHH de la iglesia católica chilena en el periodo dictatorial.

Según diversos estudios, los que se autodenominan católicos presentan un comportamiento más participativo que los que se declaran no religiosos o indiferentes (Pallarés, Riba y Fraile). En la literatura relevante se ha puesto de manifiesto la orientación más conservadora del voto de los que se declaran católicos y una orientación más a la izquierda por parte de los no religiosos


2.2 La Teoría Racional del Voto

3 Operacionalización del comportamiento electoral y clase social

Propuesta de medir incidencia de clase social por comuna I

Una forma que tenemos para obtener el detalle de este concepto es considerar la distribución por ingreso del decil autónomo a nivel comunal en la Casen, calculando el porcentaje de personas que, por ejemplo, en Huara pertenecen a los cuatro últimos deciles.

La teoría nos dice que a clase social más alta, la tendencia de los votantes se inclinaría por representantes más al conservadurismo dentro del espectro político.

Proponemos una descripción bivariada de la evolución de la relación empírica entre cada una de estas características y el resultado electoral de las elecciones celebradas desde la vuelta a la democracia en Chile, para luego analizar el peso que las variables que éstas variables socioestructurales tienen a la hora de explicar el voto con un análisis multivariado.

Propuesta de medir incidencia de clase social por comuna II

Se propone medir la cantidad de trabajadores manuales existentes por comuna en la Casen.

4 La metodología







5 Referencias

- Comportamiento electoral. Influencia determinante de los factores a corto plazo en la decisión del voto de los electores a la alcaldía del Municipio de Soledad (Atlántico) Colombia, año 2011. URL: ‘https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwiuht3P8unvAhVXIbkGHX-xDHIQFjAEegQIBRAD&url=http%3A%2F%2Fwww.scielo.org.co%2Fpdf%2Fjusju%2Fv11n1%2Fv11n1a09.pdf&usg=AOvVaw3fFbaEOTRPucWuYYmtptxj
- Variables socioestructurales y comportamiento electoral en las elecciones generales españolas. una perspectiva evolutiva 1979-2000. URL: ‘https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwiuht3P8unvAhVXIbkGHX-xDHIQFjAAegQIBBAD&url=https%3A%2F%2Frecyt.fecyt.es%2Findex.php%2FRevEsPol%2Farticle%2Fview%2F45411%2F26931&usg=AOvVaw0YF3Ls-WAKEOEJK6qOdk8L

  1. En la década de los años treinta la sociología estadounidense de la comunicación, particularmente aquella proveniente de la Universidad de Columbia, ve la necesidad de investigar el efecto que la propaganda y otras comunicaciones políticas tienen sobre los públicos del convulsionado período de pre y entreguerras, principalmente con relación supuestamente causal entre cambio de actitud, opinión y el consumo de los recién aparecidos nuevos medios como la radio. Posteriormente este interés se extendería, en un mundo dominado por las relaciones geopolíticas de la Guerra Fría, a todas las manifestaciones de la actividad política, dando lugar con ello a un nutrido grupo de tradiciones de estudio y a distintas polémicas sobre la forma de conceptuarlas, mesurarlas y analizarlas.↩︎

  2. Clivaje (escisión o fisura) en ciencia política y sociología es un concepto, utilizado para el análisis de las tendencias de voto; se refiere a la división de los votantes en diferentes bloques separados por “escisiones” o “clivajes” (del inglés cleavage). La hipótesis preliminar es que los votantes no se dividen de un modo predefinido en grupos a favor o en contra de un determinado tema. El análisis del voto asume que los votantes optan votar a un partido determinado por la solución u opción que este toma respecto de una o varias cuestiones, eligiendo la opción que más se acerca a su propia postura. El clivaje es la escisión que separa a los votantes en defensores y adversarios de un tema en particular, y puede llevar a convertirlos en votantes de un partido determinado. Si se imaginan las diferentes posiciones políticas ante una cuestión como una línea horizontal, el clivaje sería la línea vertical que divide a los diferentes partidos políticos entre defensores y opositores a esa cuestión. El término fue popularizado por los politólogos Seymour Martin Lipset y Stein Rokkan a partir de 1967.↩︎