Parejo ubica el inicio de la revolución industrial en Europa y Estados Unidos en 1815, tras el Congreso de Viena y el fin de las guerras napoleónicas. En cambio, el final lo ubica en 1870, con el advenimiento de la electricidad y la explotación del petróleo, y con ello el uso de motores de combustión interna, el crecimiento de la industria química y la consolidación de estructuras corporativas en las empresas.
El estudio de la industrialización ha sufrido cambios en décadas recientes, al considerar las condiciones de cada país: enfoque sectorial, estudio del Estado, estructura social. Existen dos temas que son debate en esta materia: primero, si existen diferentes modelos de industrialización (además del británico); segundo, la dimensión nacional de estos fenómenos.
De aceptarse la existencia de más de un modelo, se cuestionan los criterios explicativos. Eso depende de la realidad que enfrentó cada país, por ejemplo Francia y Holanda: Francia, con bajas tasas de urbanización, lento crecimiento demográfico y alto precio del carbón; y Holanda, con imperio colonial, buenos sistemas de transporte y eficiencia agrícola. A diferencia de Inglaterra, el gobierno tuvo actitudes distintas, y el sistema financiero un rol diferente.
La geografía tampoco fue tan decisiva: Suiza tuvo éxito estando lejos de Inglaterra, gracias a su mano de obra bien calificada (industria relojera). Más avanzado el s. XIX, la experiencia alemana fue distinta a la inglesa y más parecida a la belga: siderurgia, ferrocarril, y Estado.
En la discusión nacional-regional, hay que entenderlas como 2 dimensiones de un mismo asunto. Lo regional se trata de los recursos, de la existencia de mano de obra, de acceso a mercados, etc. En cambio, lo nacional se trata de una serie de conceptos: Estado, sociedad, instituciones.
Las economías del occidente europeo y de Estados Unidos sufrirían una serie de cambios grandes en el curso del s. XIX hasta establecerse todas como naciones industrializadas, si bien Inglaterra iniciaba a la cabeza en 1820 y seguría al frente para 1870. No obstante, esa dominación se haría cada vez menos importante. Por ejemplo, a inicios del s. XIX, Parejo estima que la producción manufacturera del mundo se concentraba en 75% en Inglaterra; para 1870, ese porcentaje era del 32%, Estados Unidos 23%, Alemania 13%, y Francia 10%. El 80% pasó de concentrarse en Inglaterra a concentrarse en 4 países (lo cual sigue siendo mucha concentración).
El texto se divide en 3 secciones que estudian i) los componentes de la industrialización; ii) la dinámica de la demanda en la época; y el tercero estudia el rol de los agentes en el proceso. Antes de dar una conclusión, se estudia el papel de España en este periodo.
Al igual que en Inglaterra, en el resto de las economías que se industrializaron, el proceso comienza con el abandono de la economía orgánica (etapa avanzada), avanzando hacia la explotación de las reservas de combustibles fósiles (ver figura 1).
Energía e industrialización
Los países de Europa continental tardarían mucho en alcanzar a Gran Bretaña (primer país industrializado) en la carrera energética, en tanto Estados Unidos lo logró unos 20 años antes. En Europa, este desarrollo estuvo basado en el uso del ferrocarril, cuyo avance significó la inclusión de los países en la periferia (España e Italia, principalmente) y el desarrollo de la industria siderúrgica.“Capacidad de las máquinas de vapor, 1840-70”
A mayor número de máquinas de vapor, naturalmente, mayor fue la demanda de carbón, y en la siguiente gráfica podemos notar que la producción fue en aumento durante el desarrollo de la primera revolución industrial.
“Producción de carbón mineral”
No obstante este rápido avance, la producción de carbón en el continente nunca alcanzó los niveles de la producción en Gran Bretaña: para 1870, GB producía 115M de toneladas de carbón anuales, y el continente apenas 71.5M en conjunto.
Esto se debe a las diferencias en la dotación de carbón que cada país tenía en su territorio. Italia y Suecia importaban 90% de sus necesidades de combustible, España un 50% y Francia un 30%. Aunque Francia mejoraría, eventualmente, su capacidad de explotar las energías hidráulicas - una opción eficaz para aquellos con pobre dotación de carbón.
Modernización, crecimiento y diversificación del sector manufactureroLa producción industrial británica mantuvo su ritmo durante todo el periodo analizado. Con ello se mantuvo a la cabeza del proceso de industrialización. Nótese que los países que iniciaron tarde el proceso (como Suecia y España) crecieron a tasas elevadas en un inicio.
“Crecimiento del producto industrial (1815-70)”
Las industrias de bienes de consumoHoffmann: al inicio de un proceso de industrialización, la producción de bienes de consumo domina a la producción de bienes de inversión, y eventualmente se revierte esta situación. Aunque esto se cunmplió en el caso de las economías de Francia e Inglaterra (reducción del ratio 7:1 a 4.5:1), esto no ocurrió con las economías de la periferia (últimas en entrar al proceso de industrialización en el continente).
En Europa y US no se dio el dominio algodonero que sí ocurrió en Gran Bretaña. Eso no evitó que ejerciera una función importante: en Europa, la lana y la seda eran muy importantes, pero el desarrollo algodonero modernizó su producción. El ferrocarrill contribuyó a la integración de mercados, resultando en la conformación de regiones industriales: Bavaria, Normandía, Moravia.
En términos de consumo y proceso de algodón, Inglaterra fue la nación dominante durante el desarrollo de la primera etapa de industrialización:
“Millones de husos y consumo (kgs/hab) de algodón en rama, 1834-70”
La diferencia con Inglaterra era que Estados Unidos y Europa operaban con menor productividad y satisfacían demandas nacionales, no de exportación. La industrialización se expandió a otros sectores más tradicionales, como el lanero y la agricultura. Así se pasó del molino tradicional a la industria harinera, de la elaboración artesanal a la industrial en los vinos, e incluso en el procesamiento del azúcar (producción de la sacarosa).
Las industrias de bienes intermedios y de inversiónLas grandes innovaciones tecnológicas de la época tuvieron lugar antes de 1815: máquina de vapor, talleres de laminación, utilización del carbón de coque. En la industria siderúrgica, los cambios fueron en 2 frentes: eficiencia energética (producir con menores recursos) y mejora del producto final (mayor dureza, plasticidad y fuerza). Los cambios más relevantes habrán de llegar en la segunda revolución industrial (post-1870).
Estos bienes vieron su demanda crecer conforme las industrias agrícola y de transportes (principalmente) se modernizaron.
Dos elementos explican el aumento en la demanda de bienes: incremento de la población (demografía) e incremento del consumo de las personas (bienestar). El primero ocurre en todo el mundo, el segundo es un fenómeno de naciones que se industrializan.
Aumento de la población e inicio de la transición demográficaDe 1400 a 1800, la población mundial se duplicó (450 a 900 millones); pero, para 1900 ya habían 1600 millones de habitantes en el planeta. Asia siempre fue el continente más poblado, pero en el s XIX Europa es el favorecido en términos de crecimiento, pasando del 20 al 26% de la población mundial. América se benefició principalmente por la migración de europeos, no por un crecimiento interno.
En el s. XIX se conoce una nueva forma de crecimiento demográfico, pasando del crecimiento antiguo que es irregular y marcado por momentos catastróficos, a un crecimiento sostenido y constante, con baja mortalidad infantil y menos muertes extraordinarias. Sin embargo, no porque se haya dado un crecimiento demográfico se dio una mejor automática del nivel de vida biológico: en las primeras etapas del desarrollo, hubo un descenso en la estatura media.
Además, la migración europea (principalmente inglesa, irlandesa y alemana) obedece también a los desarrollos industriales.
Modernización agraria y cambio estructuralCon la industrialización llega la urbanización. En el contexto rural, los ingresos son menores, el consumo es menor; en contraste, en un contexto urbano surge la clase media y, con esta, la demanda de bienes manufacturados. Pero también en el campo mejoró el estándar de vida al aumentar la productividad de los agricultores. Esto beneficio a la demanda de bienes de capital como a la demanda de bienes de consumo.
De hecho, se pasa de una agricultura tradicional a una capitalista: nuevas técnicas y mejora de las existentes (como mayor rotación), mayor variedad de cultivos, uso de abono no orgánico, entre otros. Estas formas de empresa agraria coexistieron con las familiares, que sobrevivieron al especializarse en tareas que requieren más trabajo. En la periferia europea, el aumento en el producto no se debe al uso de mejores técnicas sino a la incorporación de tierras que antes no se trabajaban. Por último, US tuvo el beneficio de iniciar la explotación de tierras vírgenes.
Integración y expansión de los mercadosUn mercado solo podía conformarse si 3 factores confluían: una población demandando servicios y bienes; la infraestructura y transporte disponibles para satisfacer esa demanda; y el papel que desempeñara el Estado (protección del mercado anterior y controlando el acceso a mercados exteriores).
Inglaterra forzó a India a consumir sus manufacturas de baja calidad; Alemania se consolidó cuando Prusia impulsó la union aduanera; Estados Unidos creció hacia el Oeste. España, por ejemplo, no tuvo muchas alternativas de este tipo porque perdió sus colonias a inicios del s. XIX. El desarrollo del ferrocarril permitió la expansión de estos mercados, así como la especialización del trabajo.
“Desarrollo de la red ferroviaria”
Esta expansión incrementó la velocidad y volumen de los traslados de mercancías, así como su costo. Pero también se desarrollaron otros medios de transporte por mar, sustituyendo la vela por el vapor. Además, se inventó el telégrafo eléctrico que trajo grandes ventajas a los negocios. La revolución de los transportes hizo posible la consolidación de los flujos comerciales.
Por lo general, los aranceles se imponían basado en las necesidades y la producción nacional. Los datos de Inglaterra apuntan a que exportó productos siderúrgicos a Europa mientras esos países no desarrollaban su propia industria. También, que los productos exportados a US y Europa era de calidad media y alta, en contraste con la calidad baja exportada a sus colonias y a LATAM.
Con todo, entre 1820 y 1870, el abaratamiento del transporte y una reducción de dichos aranceles nutrieron al comercio internacional. Su crecimiento año a año fue superior al del PIB en el caso de los países industrializados. Además, Gran Bretaña realizó inversiones en el resto del mundo, principalmente en Europa y LATAM al inicio, y después repartido entre Europa, US y sus colonias. Tanto el comercio como estas inversiones eran posibles gracias a la práctica común, al rededor del mundo, de usar un factor de conversión contra un metal (plata, oro).
Crecimiento económico y niveles de bienestarEl nivel de industrialización y el de renta por habitante crecieron de la mano. En la tabla de abajo se aprecia que aunque en 1820 la diferencia entre la renta per capita de los países europeos era menor, para 1870 estas diferencias ya eran mayores, tal como sucede a nivel industrialización.
Este capítulo estudia las interacciones institucionales. Si la revolución industrial trajo grandes cambios a nivel de la producción, estos no se detuvieron ahí: Estado, instituciones financieras y la interacción obrero-patronal sufrieron cambios también.
Empresarios y trabajadores durante la primera revolución tecnológicaEl papel que surge con la industrialización es el del empresario. Talleres y fábricas conviven durante esta etapa, y el empresario es quien hace que las cosas sucedan, dado su contexto institucional (propiedad privada e incentivos a la innovación).
La fábrica surge como solución y se ha explicado de varias maneras: coerción del trabajador, reducción de costos, y por la ubicación misma de las máquinas. Posiblemente, los argumentos no son excluyentes. No obstante, el sistema no creció de forma igualitaria y coexistió con los talleres que brindaron servicios complementarios a las necesidades de las fábricas.
En todo caso, se resalta que el carácter de la empresa que surge en la primera revolución industrial es de tipo familiar: sin separación propiedad/gestión, y empleando factores (trabajo, capital) familiares.
Finalmente, los salarios industriales fueron muy bajos, pero bastante más elevados que en otros sectores productivos. En comparación con la agricultura, por ejemplo, eran el doble.
El papel del Estado y las instituciones financierasEn esta época, no se trata de un Estado intervencionista como los que se conocieron en el s. XX. Sin embargo, sí impusieron algunas condiciones que auspiciaron la aparición del sistema de fábrica: supresión de los gremios, eliminación de aduanas interiores, disolución del régimen señorial. Participaron en la creación de infraestructura de transporte, mejoraron el sistema educativo, e impusieron políticas comerciales protectoras, así como protección a la propiedad intelectual.
El Estado fue determinante en el establecimiento de vías férreas, que permitieron integrar mercados y abaratar costos de transporte. Otras innovaciones del Estado incluyen el establecimiento de un sistema único de pesas y medidas, de moneda y de política comercial. En este sentido, aparece en 1860 el primer acuerdo de libre comercio, Cobden-Chevalier, que incluía la ‘Cláusula de Nación Más Favorecida’ (el país que más se beneficia del comercio reduce sus aranceles a todos sus socios).
En cuanto a la educación, los logros fueron modestos, consiguiendo una tasa de alfabetización de 50-70% en Gran Bretaña y del 30% en la Europa mediterránea, para 1870. Destaca la creación de escuelas técnicas, algo en lo que Europa superó a Gran Bretaña.
Pero también las instituciones financieras (IF) aparecen durante esta época. Se establecieron los primeros bancos centrales, con competencia emisora y competencia crediticia; y bancos privados, algunos especializados en mercados locales para pequeños y medianos ahorradores, otorgando soluciones de anticipo y crédito de corto plazo, como también algunos bancos especializados en inversión y préstamos a grandes entidades públicas y privadas. Esta banc de inversión aparece, y se expande, gracias a las grandes necesidades que una industria en expansión requiere.
En conclusión, el proceso de ‘conquista pacífica’ (imitación del modelo británico) se llevó a cabo con distintos resultados en el continente, pero concluiría con la implantación de un modelo capitalista de producción. Inglaterra logra posicionarse a la cabeza por su inicio temprano, pero también por las circunstancias idóneas en las que inicia, vis-à-vis los países europeos: sin conflictos bélicos en el territorio, con sus colonias, con abundancia de carbón, un sector agrario orientado al mercado, instituciones de defensa al empresariado. Con todo, los países del continente se benficiaron de las ‘ventajas del atraso relativos’: acortar distancias rápido, incorporando tecnologías existentes.
i) De 1815-70, la industrialización se expande por Europa y US, con efectos tímidos en LATAM, Australia, Canadá.
ii) La intensidad del proceso fue muy diversa, con Francia, Alemania y Estados Unidos acercándose rápidamente a Gran Bretaña, y la periferia europea creciendo levemente.
iii) El crecimiento económico y la industrialización se dieron de la mano.
iv) Aunque ningún caso fue idéntico al británico, hay dos características comunes: sistema de fábrica y modernización de los sectores líderes (energía, siderurgia, textiles).
v) Es un proceso que ocurre en ciertas regiones de los países afectados.
vi) Ocurre de la mano de un crecimiento en la demanda, por factores demográficos y de bienestar (poder de compra).