Resumen

Los onicóforos pertenecen al phylum Onychophora llamados también como “gusanos aterciopelados”; considerados como fósiles vivientes de loas más escasos que han permanecido en la tierra durante millones años, caracterizándolos así su poca evolución a lo largo del tiempo. Asimismo, morfológicamente se caracterizan por tener forma cilíndrica con pequeñas extremidades, en donde presentan una mandíbula la cual es utilizada para sostener y triturar sus presas (que estas son capturadas por una sustancia adhesiva que expulsan por medio de sus antenas laterales), también poseen lobopodios que son las patas que utilizan para arrastrarse. Los onicóforos no son encontrados con mayor frecuencia, aun así, estos se mantienen en hábitats húmedos (de lo contrario, son propensos a la desecación) en medio de troncos viejos o la hojarasca, y son meramente nocturnos.

El Peripatus solorzanoi es una especie de la familia Peripadidae relativamente nueva; conocida por su gran tamaño (22 cm aproximadamente) ya que generalmente el tamaño promedio de un onicóforo varía entre 5mm a 15cm. El gusano aterciopelado que se menciona anteriormente, ha sido encontrado solamente en Costa Rica; en la provincia de Limón y Puntarenas, en zonas tropicales y subtropicales. Esta especie se caracteriza por tener una coloración rojiza cuando nacen, y al convertirse adultos esta coloración se torna más oscura. En el caso de los machos presentan una cantidad menor de patas con respecto a las hembras (34 y 41 respectivamente).

Para identificar y diferenciar la especie Peripatus solorzanoi se han utilizado sus características morfológicas principalmente, por ejemplo, la estructura de sus “pies”, la forma de la mandíbula y sus dientes.

Peripatus solorzanoi