La inversión extranjera directa (IED) es aquella inversión que tiene como propósito crear un interés duradero y con fines económicos o empresariales a largo plazo por parte de un inversionista extranjero en el país receptor. Dicho inversionista va desde una persona natural hasta una persona jurídica (instituciones y empresas públicas, empresas privadas, etc.).
Su relevancia económica radica en que es indudablemente uno de los factores que impulsan el crecimiento económico de un estado, a través de formación de capital, creación de empleos, competitividad empresarial, capacitación técnica, transferencia de tecnología, además de una gran red empresarial competitiva.