En general, el proceso que origina las fallas y fracturas se conoce como fallamiento y es provocado por fuerzas tectónicas y por la gravedad.1 Las fracturas se forman como resultado de un proceso de deformación, que se consideran estructuras dentro de los medios geológicos, que resulta en una ruptura entre dos bloques de suelo a lo largo de la cual se desliza uno con respecto al otro en cualquier dirección, y antes de alcanzar una profundidad que sobrepase el límite dúctil del suelo se manifiesta como una deformación.
De acuerdo con el Dr. Luis Quintanar, del Servicio Sismológico Nacional (SSN), las fallas que corren por el Valle de México son pequeñas, pero son las principales generadoras de los sismos locales con magnitud entre 2 y 3 grados.2 La importancia del estudio de los sistemas de fallas de la Cuenca de México está dada por la función que representa en el flujo de fluidos (fundamental en la exploración de agua subterránea), la subsidencia o hundimientos, así como para la mejora de los modelos sísmicos e hidrogeológicos (Arce, 2013).
Existen diversas fuentes que muestran las fallas geológicas y las fracturas en el Valle de México. Para la Ciudad de México, en el Atlas de Atlas Público de Riesgo de la ciudad se compilan los levantamientos de las fallas geológicas que el IPN, en conjunto con Protección Civil de la Ciudad de México y CENAPRED, han hecho, que a su vez citan otras fuentes como la CFE, la UNAM, SEDESOL, etc. Además, otras fallas y fracturas son reportadas en el Atlas Nacional de Riesgo que cita como fuente al CENAPREP, pero que no coinciden con las reportadas en el Atlas de la Ciudad de México ni especifica la naturaleza y diferencia entre ellas.
El CENAPRED y el Instituto Politécnico Nacional son quienes han realizado el mayor registro de las fallas geológicas y fracturas en el la Ciudad de México, aunque desafortunadamente no se especifica la naturaleza y diferencia entre los diferentes tipos de fallas. La compilación de toda esta información se muestra en la siguiente figura, donde se agrega también la vulnerabilidad física al fracturamiento que representa las zonas donde es más probable encontrar edificaciones construidas inadecuadamente en la zona oriente de la ciudad.