CUANDO EL DESEMPLEO TIENE ROSTRO DE MUJER

A partir del último informe regional elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se indica que en la actualidad hay 25 millones de personas que buscan trabajo y aún no lo consiguen. De ese total, la mayoría corresponde a mujeres. Entonces, ¿por qué en contextos de inestabilidad financiera o crisis económicas las primeras afectadas suelen ser ellas?

El “Panorama Laboral de América Latina y el Caribe”, radiografía anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), determinó que la tasa de desempleo femenino llegó a un 10 por ciento durante el tercer trimestre de 2018. Por su parte, el desempleo masculino alcanzó un 7, 3 por ciento en el mismo período manteniendo la diferencia histórica entre hombres y mujeres, donde estas últimas suelen tener mayores dificultades a la hora de optar por el ingreso al mundo laboral.

Bajo el contexto de grandes movilizaciones de mujeres en Latinoamérica como el resto del mundo, la OIT recientemente reconoció que si bien será importante continuar con el aumento del ingreso de mujeres al mundo productivo, cifra que alcanzó un 50, 3 % de empleabilidad de mujeres versus un 70, 5% de hombres, es decir, más de 20 puntos porcentuales de diferencia, será relevante revisar bajo qué condiciones esas mujeres están trabajando en la actualidad.

#Comparación desempleo Cono Sur
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title = "Datos sobre el desempleo en países Latinoamericanos del Cono Sur",
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caption = "Banco Mundial"
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Como muestra el gráfico, en la gran mayoría de los países de Sudamérica, las mujeres alcanzan no sobrepasan el 15% de desempleo. Sin embargo, existen países como Argentina, Colombia, Ecuador, Uruguay y Venezuela que igualan o superan el 20% de desempleos femeninos. Esto se traduce que en esos años hubo fuertes movimientos sociales que cambiaron, de alguna manera, el día a día de la nación correspondiente.

Según la Organización Internacional de Trabajo (OIT), más del 60% de las trabajadoras de todo el mundo se encuentran en empleos informales. Esta cifra excluye el sector de la agricultura, que aumentaría aún más el porcentaje.

Al momento de hablar sobre áreas como el comercio, las mujeres se han convertido en la mano de obra flexible por excelencia en los sectores intensivos y altamente competitivos en la economía global. De esta manera, muchas mujeres trabajan para las grandes corporaciones multinacionales y otras se emplean en los servicios, con empleos altamente precarios, temporales y a tiempo parcial.

Sin embargo, la brecha salarial de género, que puede llegar en algunos países hasta casi el 40%, es un hecho irrefutable y un factor que conlleva a que las mujeres vivan en la pobreza.. Finalmente, es de vital importancia avanzar en la reducción de las desigualdad de género para que así las mujeres tengan una mejor protección social.

A una década de la Gran Recesión

Durante el 2008 el mundo se paralizó ante la llamada “Gran Recesión”, crisis financiera provocada por el colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos. A diez años de lo ocurrido, para expertos como Adam Tooze, historiador económico de la Universidad de Columbia y autor de la obra “Crashed” durante esa época “se vivió la peor crisis financiera de la historia”, según señaló en entrevista a BBC mundo el 14 de diciembre del 2018.

De este modo, rápidamente la precarización de la vida se hizo costumbre no sólo en el hemisferio norte sino que a nivel internacional dejando como consecuencia desempleos masivos y crecientes, informalización laboral, crisis del cuidado, sobrecarga de las mujeres en el trabajo doméstico y la feminización de la pobreza como fenómeno mundial.

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  labs(title = "Comparación entre Chile, EEUU y Alemania",
subtitle = "Entre los años 1990 y 2010",
caption = "Banco Mundial")

Ejemplo de esta situación es que coincidentemente en tres países como Alemania, Estados Unidos y Chile los mayores índices de cesantía de las mujeres se alcanzaron entre el 2006 y el 2010. Sin embargo, los resultados no son casuales. En cada país afectado por la crisis financiera, mientras el desempleo femenino creció, las condiciones laborales de quienes sí tenían un puesto de trabajo empeoraron.

Según la “Encuesta Empleo del tiempo 2009 - 2010” del Instituto Nacional de Estadísticas de España, una de las razones principales de esa desigualdad recae en que “las mujeres siguen asumiendo prácticamente en exclusiva el trabajo doméstico y de cuidados”, cuestión que, “sumadas a la aplicación de políticas neoliberales de recortes, tiene un impacto de género negativo en la población activa laboralmente”, situación que conlleva a que más mujeres se enfrenten a una “pobreza doble”, es decir, pobres en términos de recursos económicos y pobres en tiempo disponible.

¿Cómo estamos por casa?

Durante el 2018, una nueva ola feminista azotó nuestro país y, de cara al 8 de Marzo del próximo año, mujeres de diferentes organizaciones y gremios están organizando una gran huelga general de mujeres para pelear contra la injusticia social que caracteriza al género femenino.

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  labs(title = "Desempleo en Chile por año",
       subtitle = "Entre los años 1990 y 2010",
       caption = "Banco Mundial")

Como muestra el gráfico, el desempleo de las mujeres en el gobierno de Patricio Aylwin, que dio inicio a la transición a la democracia, no fue superior al 6%. Pero cuando en el periodo de gobierno del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle el alza de desempleabilidad aumento de manera exponencial, de hecho se alcanzó una las mayores tasas con un casi 7%.

Durante la presidencia de Ricardo Lagos y los primeros gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, el porcentaje promedio de desempleo fue de un 11%. Esto fue producto de que el país atravesó una etapa difícil en lo económico, por lo que tanto mujeres como hombres tuvieron una tasa de desempleo alta en comparación a la década del 90’.

Finalmente, luego de los primeros cuatro años de Sebastián Piñera en el poder y del segundo periodo de la jefa de estado Michelle Bachelet, el desempleo de las mujeres disminuyó considerablemente al llegar a un 7.2%. Esto debido a que los puestos de trabajo aumentaron y las empresas apostaron en los puestos femeninos.