una esperanza
Para muchos esta historia es parte de una rutina que nunca experimentarán, para otros una serie de eventos trágicos y para algunos es una triste realidad. Para dar pie al relato comenzaré a describir un evento que por su bajo porcentaje de éxito parecería como un milagro.
Todo comenzó en viaje rutinario en bus, en donde unas amigas y el héroe discutían sobre la importancia de los diferentes idiomas en las culturas, así como en la comunicación. Cuando la acalorada discusión llevo a una desconocida a unirse al conversatorio. Aquel evento fortuito causo que una chispa de curiosidad naciera dentro del corazón del protagonista. En ese momento nuestro héroe tuvo la convicción de darse a la tarea de conocer a esta chica que había despertado en él tanta curiosidad. Dadas las circunstancias del encuentro no creía que fuera a encontrala de nuevo. Pero las ruedas de la fortuna nunca paran de girar, un día durante el regreso a su hogar nuestro protagonista tuvo la necesidad de sentarse en uno de los asientos del fondo de aquel lúgubre autobús y para fortuna de él había un espacio libre a la par de un individuo de aspecto poco amigable, esta persona usaba un gorro y una chaqueta de aspecto triste. Pero nuestro héroe sin temer ni juzgar por las apariencias cortésmente pregunto si el asiento a la par de ese individuo estaba libre, en ese momento el individuo levanto la cabeza y las miradas se cruzaron, ese instante se dio cuenta el protagonista que era la chica que había despertado aquella chispa de curiosidad, sin perder esta oportunidad digna de los dioses, él aprovechó todo el viaje para ir conociéndola mejor. Hablaron durante mucho tiempo, aunque para nuestro héroe fue solo unos segundos. Justo unos segundos antes que la chica se bajara del bus, nuestro protagonista se armó con todo el coraje en su interior y pidió humildemente el número de aquella fantástica chica.
Sin perder ningún instante le pidió a ella una salida al cine y extrañamente la chica dijo que estaba bien. Nuestro héroe, lleno de alegría y entusiasmo planeo con detalle aquella esperada salida. Tanto fue el entusiasmo que la noche antes no pudo dormir. Durante esa cita todo fue un éxito ambos salieron del cine con un mayor grado de conexión. Pasaron los días y las salidas fueron más frecuentes, más y más la simple curiosidad paso a ser atracción. Tanto fue el grado de confianza de la chica que invito al héroe a tomar café y conocer a la familia de ella. El protagonista con mucho nerviosismo saludo a los padres de ella. Al principio los nervios se lo comían vivo, pero con forme los conocía fue entrando en mayor confianza. Pasaron los días, las semanas, los meses, tanta era la confianza de aquella familia hacia el héroe que los dejaban ver películas juntos en un sofá. Para él, ella era la persona que estaba esperando desde hace tanto tiempo. Tanto fue su interés por ella que apenas tenía tiempo libre quería pasarlo con ella.
Todo iba color de rosas hasta que por circunstancias de la vida ella tuvo que salir al extranjero por un breve tiempo, las conversaciones se volvieron menos frecuentes y un poco más frías. Nuestro protagonista estaba tan lleno de ilusión que no presto la debida atención a varios detalles. Al volver noto que no fue saludado de la manera tan carismática que ella usualmente lo hacía, sino fue más un saludo de mano con un hola. Extrañado de la forma del saludo supuso que fue debido al cansancio del viaje. Al cabo de unos días ella le cuenta a nuestro héroe que deben mudarse de su hogar por razones económicas, dado el corazón generoso de él decide ayudarles con la mudanza. Durante la mudanza, un nuevo personaje aparece, un hombre de aspecto taciturno, de triste semblante, nuestro protagonista extrañado por esta presencia decide preguntarle a ella sobre la identidad de aquel individuo. Al oír la explicación comprende que era la anterior pareja de la chica, extraño por el hecho de que él estuviera ahí decide preguntarle a el padre por qué de su presencia y descubre que se ofreció como voluntario para ayudar con la mudanza. Nuestro héroe sabía que la mudanza sería un caos por lo cual no mostró ningún tipo de rechazo por aquel individuo. Si nuestro héroe hubiera sabido que en ese momento todo su mundo se caería de sus manos…
Unas semanas después de la mudanza nuestro héroe recibe entusiasmado el mensaje de la chica para darse cuenta que lo que iba a leer cambiaría la vida de él. En ese mensaje decía: -Hay algo que te quiero decir… Sabes le voy a dar otra oportunidad a mi ex…
En ese instante el héroe sufrió un golpe devastador tanto fue el dolor que le causo ese mensaje que no pudo dormir nada y ni siquiera probar bocado alguno, sin que este le causara náuseas y asco. Al día siguiente durante el trabajo del protagonista no tenía los ánimos para seguir, pero el apoyo de varias personas le permitió desempeñar su labor con normalidad.
el dolor de la separación
Al empezar la semana siguiente los mejores amigos del héroe se dieron cuenta del estado emocional e intervinieron para lograr que él pudiera levantarse de nuevo y continuar con su vida, él héroe decidió que a pesar del dolor que le causo eso, al final la felicidad de la chica era lo que el mas deseaba.
El tiempo paso y aquella herida se volvía solo una cicatriz más en el corazón de él, aprendió una dura lección: -que no todo lo que brilla es oro…
Esperemos que nuestro héroe logre algún día llegar a conocer a su complemento, aquella que lo llene de bellos recuerdos.