title: “Helen y yo” author: “Marielia Calderón Quesada” date: “16 de abril de 2018” output: html_document

Era como volver a casa, solo que a una casa que nunca habia conocido

Mujeres fuertes e independientes

En mi casa siempre fuimos cuatro, mi mamá (Lissiloth) ,mi papá (Miguel) y mi hermano (Miguel), en la mesa principal siempre habían cuatro sillas, cuatro mantelitos y la vajilla siempre era en juego de cuatro sets. Soy la menor y siempre quise tener una hermana para jugar, para compartir historias , ropa y tener esa complicidad que solo entre hermanas se puede tener , sin embargo por motivos de salud mi mamá no pudo tener hijos y los procesos de adopción siempre los negaron, por lo cual la familia desistió de tener otro miembro más. Después de varios años, a mis 15 todo cambio, me encontraba en la fiesta de los amigos de mi mamá, cuando ella me pregunto - ¿Mari seguís con ganas de tener una hermana? Pero yo ya sabía que eso era imposible, la amiga de mami me comento que ella estaba a cargo de una empresa de intercambios internacionales, donde una familia acepta a un o una estudiante y vive en la casa con la familia y que tenía una muchacha de Alemania que no estaba contenta con la familia en la que estaba, que tenía mi edad y que se llamaba Helen, no lo dude un segundo y dije que sí, que me encantaría, así llego Helen a la casa. Al siguiente año yo viaje a Alemania y ahora tengo una familia allá. Eso fue en el año 2010, desde entonces nuestra familia agrego un miembro más y ahora en la mesa hay cinco sillas, cinco individuales mi cuarto tiene dos camas, ahora la vajilla es más grande y yo tengo una hermana. En general siempre he sido un poco escéptica en el tema del destino o en creencias, pero si hay un destino el mío es con ella y me es imposible pensar en que nuestra gran familia sea una casualidad, la vida se lució con lo nuestro.