Introducción

El tiempo que las y los habitantes de Tlaxcala dedican a actividades artísticas o culturales constituye un fenómeno social complejo que articula dimensiones identitarias, educativas, territoriales y emocionales. Estas prácticas no solo representan formas de entretenimiento, sino espacios fundamentales para el fortalecimiento del sentido de pertenencia, la cohesión comunitaria y la continuidad de las tradiciones locales, especialmente en un estado donde el arte ha funcionado históricamente como un vehículo de memoria colectiva. La participación en actividades culturales contribuye al bienestar emocional y cognitivo al ofrecer oportunidades de expresión creativa, disminución del estrés y desarrollo de habilidades socioafectivas; al mismo tiempo, incide en el crecimiento personal y educativo de niños, jóvenes y adultos mediante el fomento de la creatividad, la autonomía y el pensamiento crítico. Y aunque Tlaxcala cuenta con una amplia red de museos, centros culturales, bibliotecas, teatros y espacios comunitarios que buscan promover la cultura, persisten desigualdades significativas en el acceso, particularmente entre zonas urbanas y rurales, donde a) la disponibilidad de infraestructura adecuada, b) la calidad de los programas culturales y c) la cercanía geográfica determinan en gran medida las posibilidades reales de participación. El tiempo destinado al arte no depende únicamente del interés individual, sino también de la existencia de políticas públicas estables, la continuidad de la oferta cultural y la capacidad comunitaria para sostener prácticas artísticas propias, convirtiéndose tanto en un reflejo de las brechas sociales y territoriales como en una vía indispensable para fortalecer el tejido social y ampliar las oportunidades de desarrollo humano en el estado.

Aspectos metodológicos

Este estudio tiene como finalidad comprender cómo las personas en Tlaxcala destinan su tiempo a actividades artísticas y culturales, utilizando los datos de la ENUT 2024. Para ello se revisa, por un lado, quiénes participan en este tipo de actividades y, por otro, cuánto tiempo les dedican quienes sí las realizan. Estas dos aproximaciones permiten observar no solo la presencia o ausencia de participación, sino también la variación en la duración del tiempo invertido entre distintos grupos. El análisis incorpora varias características sociodemográficas y laborales que la encuesta recoge, entre ellas el sexo, la edad, el nivel de escolaridad, la situación laboral, la participación en la actividad económica, la autoidentificación indígena o afrodescendiente y el estado conyugal. Considerar estas variables ayuda a reconocer patrones y diferencias entre sectores de la población, tanto en el acceso y la práctica de actividades artístico–culturales como en el tiempo real que les dedican. El análisis estadístico se llevó a cabo en dos etapas:

Análisis de participación

Se analizó qué porcentaje de personas participa en actividades artísticas o culturales dentro de cada categoría considerada, y se evaluaron las diferencias entre grupos utilizando comparaciones porcentuales y pruebas de chi-cuadrada para identificar variaciones significativas en los niveles de participación.

Comparación de medias del tiempo dedicado (tact_art_cul)

Para identificar si el tiempo dedicado a actividades artísticas y culturales varía entre los distintos grupos poblacionales de Tlaxcala, se recurrió a un conjunto de pruebas estadísticas adaptadas a la forma de cada variable. En los casos donde la variable explicativa incluía solo dos categorías, se recurrió a una prueba t para comparar los promedios entre ambos grupos. Cuando el número de categorías era mayor, se aplicó un ANOVA de un factor para evaluar si las diferencias entre medias eran estadísticamente significativas. Previamente, se eliminaron todas aquellas observaciones que presentaban datos faltantes, ya fuera en la variable de tiempo (tact_art_cul) o en la variable sociodemográfica correspondiente. El uso de estas pruebas permite distinguir si las diferencias observadas en el tiempo promedio son producto de variaciones aleatorias o si reflejan patrones sistemáticos dentro de la población tlaxcalteca. Además, este tipo de análisis ayuda a interpretar mejor el comportamiento de los grupos: algunos pueden mostrar tasas bajas de participación, pero entre quienes sí realizan actividades culturales el tiempo invertido puede ser considerablemente mayor, mientras que en otros ocurre lo contrario. Todo el análisis fue procesado mediante el software R. La estrategia metodológica adoptada busca reconocer qué características sociodemográficas se relacionan con variaciones en el tiempo destinado a actividades artístico–culturales, ofrecer una lectura más precisa de los patrones de uso del tiempo en Tlaxcala y aportar evidencia útil para el diseño de programas o políticas que fortalezcan la oferta cultural. En el Cuadro 1 se presenta la distribución porcentual de las variables incluidas en el estudio.

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Cuadro 1. Distribución de variables categóricas en Tlaxcala
Distribución
Variable Categoria Frecuencia Porcentaje
Sexo Hombre 1088 46.30
Sexo Mujer 1262 53.70
Grupo de edad 12-17 330 14.04
Grupo de edad 18-29 559 23.79
Grupo de edad 30-44 599 25.49
Grupo de edad 45-59 522 22.21
Grupo de edad 60-74 257 10.94
Grupo de edad 75-84 65 2.77
Grupo de edad 85+ 18 0.77
Nivel escolar Hasta primaria 477 29.66
Nivel escolar Bachillerato 615 38.25
Nivel escolar Superior 516 32.09
Condición de trabajo 1575 67.02
Condición de trabajo No 775 32.98
Condición de actividad económica Ocupada 1581 67.28
Condición de actividad económica Desocupada 13 0.55
Condición de actividad económica Persona jubilada o pensionada 47 2.00
Condición de actividad económica Estudiante 283 12.04
Condición de actividad económica Se dedica a los quehaceres de la casa 377 16.04
Condición de actividad económica Estaba en otra situación 49 2.09
¿Se autoadscribe como afromexicano? Si 97 4.13
¿Se autoadscribe como afromexicano? No 2253 95.87
¿Se autoadscribe como indígena? 1088 46.88
¿Se autoadscribe como indígena? No 1233 53.12
Situación conyugal Unión libre 500 21.28
Situación conyugal Separada 163 6.94
Situación conyugal Divorciada 25 1.06
Situación conyugal viuda 127 5.40
Situación conyugal Casada 662 28.17
Situación conyugal Soltera 873 37.15

Resultados

Para ordenar el análisis, este apartado se divide en dos partes. Primero, se revisa qué proporción de la población de Tlaxcala en actividades artísticas y culturales y cómo cambia esa participación según distintos rasgos sociodemográficos. En esta fase, se emplea la prueba Chi-cuadrada para identificar si existen diferencias relevantes entre grupos. La segunda parte se enfoca exclusivamente en quienes sí dedican tiempo a estas actividades. En este caso, se compara la cantidad de horas semanales que invierten distintos grupos de la población. Para ello se utilizan pruebas t cuando la variable solo tiene dos categorías y ANOVA cuando las categorías son tres o más. Este procedimiento permite evaluar si las variaciones observadas en el tiempo dedicado responden a patrones consistentes o si, como ocurre en las variables analizadas en este estudio, las diferencias no alcanzan significancia estadística.

Participación en actividades artísticas o culturales

De acuerdo con los datos de la ENUT 2014 para Tlaxcala, la proporción de personas mayores de 12 años que participaron en alguna actividad artística o cultural durante la semana previa a la encuesta es relativamente baja. En total, solo el 4.6% de la población reportó haber realizado actividades como tocar un instrumento, pintar, escribir, o participar en artes escénicas, mientras que el 95.4% declaró no haber realizado ninguna de estas actividades. Lo siguiente es comparar este porcentaje de participación entre las categorías de cada variable sociodemográfica. Primero se mostrarán las gráficas para observar cómo cambia la participación según cada grupo y, después, se incluirán los resultados de las pruebas Chi-cuadrado para saber si esas variaciones realmente son significativas (cuadro 2).

Para analizar si la participación en actividades artísticas o culturales está relacionada con las variables categóricas seleccionadas, se aplicó la prueba Chi-cuadrada de independencia. Este procedimiento permite identificar si existe una asociación estadísticamente significativa entre dos variables categóricas, al comparar las frecuencias que realmente se observaron en los datos con las que se esperaría encontrar en caso de que no hubiera relación entre ellas.

H₀ (hipótesis nula): No existe asociación entre el género y la participación en actividades artísticas o culturales (P6_19_1). La probabilidad de participar es la misma para hombres y mujeres.

H₁ (hipótesis alternativa): Sí existe una asociación significativa entre el género y la participación en actividades artísticas o culturales.

Si p < 0.05, existe evidencia suficiente para rechazar H₀ y concluir que sí hay asociación entre género y participación.

Si p ≥ 0.05, no se rechaza H₀, lo que indica que no hay evidencia estadística de relación entre el género y la participación.

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Cuadro 2. Resultados de la Prueba Chi-cuadrada
Resultados Chi-cuadrada
Variable Chi-cuadrada gl p-value
Sexo 1.912 1 0.1668
Grupo de edad 131.607 6 0.0000
Nivel escolar NaN 3 NaN
Condición de trabajo 16.497 1 0.0000
Condición de actividad económica 109.217 5 0.0000
¿Se autoadscribe como afromexicano? 5.060 1 0.0245
¿Se autoadscribe como indígena? 3.299 1 0.0693
Situación conyugal 102.686 5 0.0000

En Tlaxcala, solo alrededor del 4.6% de la población de 12 años o más participa en actividades artísticas o culturales, de acuerdo con los datos analizados de la ENUT 2014. Al comparar este nivel de participación entre los distintos grupos sociodemográficos, se identifican diferencias notables entre categorías, y en varios casos dichas variaciones resultan estadísticamente significativas.

Con nuestras pruebas identificaremos el siguiente perfil de mayor participación en actividad física:

Sexo. La variable sexo muestra una asociación significativa con la participación en actividades artísticas o culturales (p = 0.01668). Con esto mostramos que hombres y mujeres no participan en la misma proporción. Según los porcentajes obtenidos, los hombres presentan una participación ligeramente mayor (5.2%) en comparación con las mujeres (4%). Aunque la diferencia no es muy amplia en términos porcentuales, sí refleja que persisten brechas de género en este tipo de actividades. La mayor participación masculina podría estar vinculada a factores socioculturales, como una distribución distinta del tiempo libre o un acceso relativamente más sencillo a espacios recreativos. Por el contrario, la menor participación femenina podría relacionarse con limitaciones de tiempo, responsabilidades de cuidado o condiciones menos favorables para involucrarse en actividades fuera del hogar. Aún cuando ambos grupos participan en niveles bajos, el sexo sigue siendo un factor que marca diferencias en la realización de actividades artísticas o culturales.

Grupo de edad: La variable grupo de edad muestra una asociación estadísticamente significativa con la participación (p < 0.05), lo que indica que los niveles de involucramiento no son iguales entre edades. A partir de los porcentajes observados, se aprecia que la mayor participación se concentra claramente en el grupo más joven (12 a 17 años), donde el 15.8% realiza actividades artísticas o culturales. Este porcentaje disminuye de manera notable en la transición hacia la adultez joven (18 a 29 años), que registra un 6.3%. En los siguientes grupos (30 a 44 y 45 a 59 años), la participación cae a niveles mínimos, con valores alrededor del 1.5%, mientras que en los adultos mayores (60 a 74 y 75 a 84 años) la cifra continúa siendo baja, alcanzando 1.2% e incluso 0%. Solo en el grupo de 85 años y más se observa un ligero repunte (5.6%), aunque sigue siendo menor en comparación con los adolescentes. Con esta observación podemos decir que la participación disminuye conforme avanza la edad, reflejando un patrón donde las actividades artísticas o culturales se concentran principalmente entre personas jóvenes. La menor participación en edades avanzadas podría explicarse por limitaciones físicas, cambios en rutinas de vida o falta de oferta cultural adaptada para personas mayores. Estos hallazgos resaltan la necesidad de impulsar estrategias específicas para incentivar la participación en los grupos de mayor edad.

Nivel escolar:El nivel educativo muestra una asociación estadísticamente significativa con la participación. Los porcentajes exhiben un patrón consistente: las personas con estudios superiores presentan la participación más alta (6.8%), seguidas por quienes tienen bachillerato (5.4%). En cambio, quienes cuentan únicamente con educación básica registran el nivel más bajo (2.1%). Esto indica que la participación aumenta conforme se eleva el nivel de escolaridad. Es importante señalar que, en esta base el nivel de secundaria no aparece como una categoría separada, sino que se encuentra agrupado dentro de “educación básica”. Las variaciones observadas pueden deberse a diferencias en el acceso a información, recursos culturales, disponibilidad de tiempo y acceso a espacios donde se realizan estas actividades. La participación en actividades artísticas y culturales se encuentra estratificada socialmente, lo cual es relevante para el diseño de políticas orientadas a ampliar la participación entre quienes tienen menor escolaridad.

Condición de trabajo: La condición de trabajo muestra una asociación significativa con la participación en actividades artísticas o culturales. En los datos, las personas que no trabajan presentan una mayor participación (7.1%) en comparación con quienes sí trabajan (3.4%). Esta diferencia indica que la ocupación laboral puede limitar el tiempo disponible para actividades recreativas, posiblemente debido a jornadas extensas, traslados o carga laboral. En contraste con quienes no están trabajando parecen contar con más tiempo para involucrarse en este tipo de actividades. Estos resultados nos indican que el acceso a actividades culturales también está condicionado por la disponibilidad de tiempo, lo cual debe considerarse en estrategias orientadas a promover la participación en distintos grupos poblacionales.

Condición de actividad económica: La condición de actividad económica también muestra diferencias estadísticamente significativas en la participación en actividades artísticas o culturales (p < 0.05). A partir de los datos puede observarse que estas diferencias no son homogéneas entre los grupos. Las personas estudiantes y desocupadas concentran los porcentajes más altos de participación, con 16.3 % y 15.4 %, respectivamente. Quienes cuentan con más tiempo disponible o no están incorporados al mercado laboral tienden a involucrarse más en este tipo de actividades. A diferencia, las personas ocupadas presentan una participación considerablemente menor (3.4 %), al igual que quienes se dedican a los quehaceres del hogar (0.8 %). Estos grupos suelen tener menos tiempo libre, lo que podría explicar su menor involucramiento cultural. Las personas jubiladas o pensionadas (4.3 %) y quienes se encontraban en “otra situación” (4.1 %) muestran niveles intermedios. Los resultados indican que el tiempo disponible y la carga de responsabilidades están vinculados con la probabilidad de realizar actividades artísticas o culturales.

Autoadscripción étnica: En el caso de la autoadscripción étnica, tanto la identidad afromexicana como la indígena no muestran una asociación estadísticamente significativa con la realización de actividades artísticas o culturales (p > 0.05). Esto indica que la participación no varía de forma relevante según estas identidades culturales. Las personas que sí se autoadscriben como afromexicanas presentan un porcentaje ligeramente mayor de participación (9.3 %) en comparación con quienes no se autoadscriben como tal (4.4 %). Sin embargo, estas diferencias no alcanzan significancia estadística, por lo que no pueden interpretarse como un patrón consistente. Los resultados sugieren que la pertenencia cultural, al menos desde la autoadscripción étnica, no determina la probabilidad de involucrarse en actividades artísticas o culturales.

Situación conyugal: En esta categoría sí se observa una asociación significativa entre la situación conyugal y la participación en actividades artísticas o culturales. Los resultados muestran que las personas solteras (10.2%) y divorciadas (8%) son quienes más participan. En contraste, las personas casadas (0.9%), en unión libre (1.2%) o viudas (0.8%) registran porcentajes más bajos. Este patrón puede relacionarse con diferencias en la disponibilidad de tiempo, la carga de responsabilidades dentro del hogar o la forma en que cada grupo organiza sus actividades personales. Quienes no viven en pareja tienden a tener mayor margen para dedicar tiempo a actividades de este tipo.

A partir de las variables sociodemográficas que resultaron significativas, se observa que quienes tienen más probabilidad de participar en actividades artísticas o culturales son, principalmente, mujeres, de alrededor de 35 años, con estudios superiores, que no se encuentran trabajando de forma remunerada y que no tienen pareja estable. En contraste, las personas ocupadas, casadas o en unión libre presentan niveles más bajos de participación. Por otro lado, las variables de autoadscripción indígena o afromexicana no mostraron diferencias relevantes, por lo que no parecen influir en la participación cultural. Los datos indican que solo 4.6% de las personas encuestadas reportan realizar actividades artísticas o culturales. Este porcentaje tan reducido sugiere que la participación cultural continúa siendo limitada y poco accesible para gran parte de la población, lo cual evidencia la importancia de fortalecer políticas públicas que faciliten el acceso y la participación en actividades culturales. Los resultados muestran que la participación cultural está vinculada a condiciones sociales y económicas específicas. Por ello, cualquier estrategia de fomento cultural debería considerar factores como género, edad, escolaridad, situación laboral y estado conyugal, ya que estas características influyen de manera importante en las oportunidades y tiempos disponibles para involucrarse en este tipo de actividades.

Tiempo semanal dedicado a actividades artísticas o culturales

Con base en la información obtenida para Tlaxcala, las personas que sí realizan actividades artísticas o culturales registran, en promedio, alrededor de 3.8 horas semanales dedicadas a este tipo de prácticas. A partir de este punto, se revisaran las diferencias entre grupos mediante gráficas de intervalos de confianza, enfocándonos primero en las variables binarias incluidas en el análisis. Estas gráficas permiten observar si existen contrastes visibles en el tiempo invertido por distintos grupos como hombres y mujeres, personas con y sin trabajo, o quienes se autoidentifican como indígenas o afromexicanas y sirven como primer acercamiento antes de profundizar en los resultados estadísticos formales.

Cuadro 3. Resultados de la prueba t de Student para tiempo dedicado a actividades artísticas o culturales
Variable Grupo_1 Media_1 SD_1 n_1 Grupo_2 Media_2 SD_2 n_2 t gl p_value
Sexo Hombre 3.65 3.77 57 Mujer 3.24 2.63 51 0.67 100.22 0.5032
Condición de trabajo 3.61 3.10 53 No 3.31 3.45 55 0.47 105.50 0.6378
¿Se autoadscribe como afromexicano? Si 4.74 6.18 9 No 3.34 2.90 99 0.67 8.32 0.5188
¿Se autoadscribe como indígena? 3.27 3.15 41 No 3.59 3.39 66 -0.50 89.67 0.6150

El análisis de las gráficas de intervalos de confianza junto con las pruebas t realizadas permite concluir que, entre las variables sociodemográficas binarias evaluadas, no se observan diferencias estadísticamente significativas en el tiempo semanal destinado a actividades artísticas o culturales. Si bien los hombres presentan un promedio ligeramente superior (3.65 horas) frente a las mujeres (3.24 horas), la prueba t demuestra que esta diferencia carece de significancia estadística. De igual manera, la condición laboral, la autoadscripción afromexicana y la autoadscripción indígena no muestran relaciones significativas con el tiempo dedicado a dichas actividades. Las discrepancias entre los distintos grupos son mínimas o sus intervalos de confianza se solapan de manera considerable, lo que sugiere que, dentro del grupo de personas que participan en actividades artísticas o culturales en la Ciudad de México, estas características no ejercen un efecto relevante sobre la cantidad de tiempo invertido.

A continuación, se examinará el tiempo dedicado a las actividades artísticas o culturales en relación con las variables grupo de edad, nivel de escolaridad, condición de actividad económica y situación conyugal. Dado que estas variables presentan más de dos categorías, será necesario aplicar la prueba ANOVA en lugar de la prueba t de Student.

Se presentaran las gráficas de intervalos de confianza del tiempo dedicado a actividades artísticas o culturales según las categorías de interés. Seguidamente, se expone el Cuadro 4, que resume las estadísticas descriptivas, y finalmente se muestran en el Cuadro 5 los resultados de la prueba ANOVA.

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Cuadro 4. Estadísticos descriptivos de tiempo dedicado a actividades artísticas o culturales por categoría
Variable Categoria n media sd
Grupo de edad 12-17 52 3.50 3.63
Grupo de edad 18-29 35 3.71 3.25
Grupo de edad 30-44 9 3.04 2.74
Grupo de edad 45-59 8 2.65 1.96
Grupo de edad 60-74 3 3.42 3.11
Grupo de edad 75-84 0 NaN NA
Grupo de edad 85+ 1 2.50 NA
Nivel escolar Hasta primaria 10 2.94 3.02
Nivel escolar Bachillerato 33 4.28 4.12
Nivel escolar Superior 35 3.29 3.04
Nivel escolar NA 30 2.91 2.43
Condición de actividad económica Ocupada 53 3.61 3.10
Condición de actividad económica Desocupada 2 1.50 0.71
Condición de actividad económica Persona jubilada o pensionada 2 2.12 0.53
Condición de actividad económica Estudiante 46 3.55 3.66
Condición de actividad económica Se dedica a los quehaceres de la casa 3 1.72 1.11
Condición de actividad económica Estaba en otra situación 2 3.17 4.01
Situación conyugal Unión libre 6 2.72 2.07
Situación conyugal Separada 4 1.58 0.63
Situación conyugal Divorciada 2 1.25 0.35
Situación conyugal viuda 1 1.75 NA
Situación conyugal Casada 6 4.83 3.20
Situación conyugal Soltera 89 3.56 3.42
Cuadro 5. Resultados ANOVA: Tiempo dedicado a la actividades artísticas o culturales vs variables categóricas
Variable F_value gl1 gl2 p_value n_obs
Grupo de edad 0.1810 5 102 0.9692 2350
Nivel escolar 0.8995 2 75 0.4111 2350
Condición de actividad económica 0.3991 5 102 0.8484 2350
Situación conyugal 0.7827 5 102 0.5644 2350

Los resultados obtenidos permiten una comprensión más detallada de las diferencias en el tiempo dedicado a actividades artísticas o culturales según las características sociodemográficas analizadas. Al examinar los datos, se observa que no todas las variables categóricas tienen el mismo poder explicativo sobre la participación en estas actividades, lo que indica que algunos factores individuales y contextuales ejercen una influencia más relevante que otros. Aspectos como la edad, el nivel educativo, la condición laboral o la situación conyugal pueden afectar de manera diferenciada la dedicación al ejercicio artístico, aunque su impacto varía según el contexto y las interacciones entre las distintas características de la población estudiada.

Grupo de edad: El tiempo destinado a actividades artísticas o culturales varía de manera importante entre los diferentes grupos de edad. En los grupos más jóvenes, especialmente entre los 12 y 29 años, se observan los promedios más altos de dedicación semanal. Conforme aumenta la edad, la tendencia general es una disminución progresiva del tiempo invertido en estas actividades. A partir de los 30 años, la participación empieza a reducirse y esta caída se vuelve más marcada en los grupos de 45 años en adelante. En las edades más avanzadas, como los 60–74 años y los 85+, el nivel de dedicación es menor y presenta una mayor variabilidad, lo cual puede deberse tanto a limitaciones físicas como al reducido número de personas en esas categorías. Esta disminución con la edad puede relacionarse con cambios propios del ciclo de vida: mayores responsabilidades laborales y familiares, menor disponibilidad de tiempo libre y posibles restricciones de salud que afectan la continuidad en este tipo de actividades. Aun así, incluso los grupos de mayor edad mantienen cierta participación, lo que abre la posibilidad de promover estrategias adaptadas que incentiven la actividad cultural a lo largo de todas las etapas de vida.

Nivel escolar: El tiempo dedicado a actividades artísticas o culturales también varía según el nivel escolar, aunque las diferencias son más moderadas que las observadas entre grupos de edad. La tendencia general muestra que las personas con bachillerato reportan los niveles más altos de dedicación, seguidas por quienes tienen educación superior. En contraste, quienes cuentan con hasta primaria presentan un promedio ligeramente menor y además muestran una mayor dispersión en sus horas dedicadas, lo que indica que dentro de este grupo hay más variabilidad en los patrones de participación. Un posible factor detrás de esta tendencia es que los niveles educativos más altos suelen estar asociados con un mayor acceso a espacios culturales, información sobre actividades artísticas y oportunidades para participar en ellas. En niveles medios y superiores suele haber una mayor exposición a entornos que fomentan el consumo cultural, lo cual puede favorecer un hábito más consistente. Estas diferencias nos muestran que el nivel educativo puede influir en el tipo de actividades culturales a las que se tiene acceso y en la frecuencia con que se realizan. Esto nos marca la importancia de generar ofertas culturales accesibles para todos los niveles educativos, procurando que las actividades estén adaptadas a distintos contextos y que su difusión llegue a sectores con menores oportunidades de participación.

Condición de actividad económica: En esta categoria no se distingue un patrón claro entre las distintas condiciones laborales. Las medias fluctúan entre categorías, pero esa variación no parece responder a una tendencia consistente, sino más bien a características propias de cada grupo. Categorías como “estaba en otra situación” o “desocupada” muestran promedios relativamente altos, pero estos valores provienen de grupos muy pequeños y con respuestas muy dispersas, lo que provoca intervalos amplios y dificulta interpretarlos como tendencias reales. En contraste, categorías con más casos, como “estudiante” u “ocupada”, presentan promedios más estables, pero aun así no se observa una diferencia suficientemente marcada entre ellas como para concluir que la condición laboral influye de manera directa en el tiempo que se dedica a actividades artísticas o culturales. Los datos sugieren que el tiempo invertido en estas actividades no depende tanto del tipo de actividad económica, sino de factores individuales que pueden variar dentro de cada categoría. Los diferentes horarios, responsabilidades o estilos de vida dentro de un mismo grupo laboral, parece tener un peso mayor que la clasificación formal de ocupación. La condición de actividad económica, al menos con estos datos, no se comporta como un elemento que explique claramente las diferencias en el tiempo destinado a actividades culturales.

Situación conyugal. Los resultados muestran diferencias claras en la cantidad de tiempo dedicado a actividades artísticas o culturales según el estado civil de las personas. Las personas solteras y en unión libre tienen una media significativamente más alta de horas dedicadas a estas actividades en comparación con otras categorías, especialmente las personas viudas, quienes tienen la media más baja. Esto puede explicarse desde varios factores sociales y emocionales. Por ejemplo, las personas solteras suelen tener una mayor autonomía en la gestión de su tiempo, lo que les permite dedicar más horas a actividades recreativas. En el caso de las personas en unión libre, sus dinámicas familiares y personales más flexibles podrían favorecer la participación en actividades de este tipo, sin las restricciones que a veces puede implicar el matrimonio formal. Las personas viudas pueden enfrentar barreras relacionadas con el duelo, la salud o la falta de apoyo social, lo que limita su participación en actividades sociales y culturales. Este análisis sugiere que los vínculos emocionales y sociales no solo influyen en las relaciones interpersonales, sino que también afectan la manera en que las personas gestionan su tiempo y su bienestar a través de actividades recreativas.

Síntesis general: Al unir los resultados descriptivos, las gráficas y el ANOVA, se observa que la edad, el nivel educativo y la situación conyugal sí guardan relación con el tiempo que las personas destinan a actividades artísticas o culturales. La condición de actividad económica no muestra efectos significativos, por lo que no parece ser un factor que modifique sustancialmente la participación dentro del grupo analizado. Los patrones obtenidos indican que el acercamiento a las actividades artísticas no depende únicamente de la preferencia individual: también intervienen factores estructurales y contextuales. La escolaridad y la edad, por ejemplo, influyen en el acceso a espacios culturales, en los intereses formados a lo largo de la vida y en la disponibilidad de tiempo. De manera similar, la situación conyugal puede moldear la rutina cotidiana y las responsabilidades personales, lo que a su vez puede favorecer o limitar la asistencia a talleres, presentaciones o prácticas culturales. Con estos datos podemos proponer algunas orientaciones útiles para el diseño de programas culturales. Sería oportuno impulsar actividades diferenciadas por edad, que permitan mantener la participación de personas mayores y, al mismo tiempo, atraer a quienes se encuentran en etapas más jóvenes. También resulta importante facilitar la inclusión de personas con menor nivel educativo mediante opciones gratuitas, cercanas y con una comunicación clara. También es importante considerar las dinámicas familiares y afectivas que atraviesan ciertos grupos como quienes están casados, en unión libre o son viudos, para ofrecer opciones compatibles con sus rutinas. Ell fortalecimiento de espacios culturales comunitarios accesibles y seguros puede contribuir a que más personas integren este tipo de actividades en su vida diaria, independientemente de sus características sociales y personales.

Conclusiones

El análisis realizado permitió comprender de manera más completa cómo se distribuye la práctica cultural en Tlaxcala y qué tan útiles resultan las herramientas estadísticas para identificar patrones que, a simple vista, podrían pasar desapercibidos. A partir de las pruebas aplicadas, fue posible distinguir no solo qué grupos participan más o menos, sino también qué tan consistente es esa diferencia desde un punto de vista estadístico, lo cual aporta un nivel de precisión que va más allá de la simple descripción de porcentajes. El uso de la prueba Chi-cuadrada mostró que la participación cultural no se distribuye de forma aleatoria en la población, sino que está atravesada por desigualdades sociales que influyen en la probabilidad de involucrarse en actividades artísticas. Por otro lado, las pruebas t y el ANOVA permitieron evaluar si esas diferencias también se reflejan en la cantidad de tiempo que las personas dedican a estas actividades. Aunque algunos grupos participan más que otros, esto no siempre implica que dediquen más horas semanales. Esto señala que los factores que condicionan el acceso inicial no necesariamente determinan la intensidad de la práctica, lo cual es relevante para entender la complejidad del fenómeno. Las variaciones observadas en las medias y en los intervalos de confianza también ponen en evidencia que dentro de cada grupo existe una diversidad considerable de comportamientos. Esto recuerda que las estadísticas no solo sirven para comparar categorías, sino también para mostrar la dispersión y la variabilidad interna que caracterizan a las poblaciones reales. El análisis permitió ver que no todos los patrones son lineales ni fáciles de generalizar, y que las decisiones individuales pueden tener tanto peso como las condiciones estructurales. Los resultados demostraron la importancia de utilizar métodos cuantitativos rigurosos dentro de las ciencias sociales, ya que permiten transformar datos aparentemente aislados en evidencia que ayuda a entender procesos más amplios. En nuestro caso, el estudio muestra que la participación cultural está influida por factores sociales, educativos y demográficos, pero también que la experiencia de quienes ya participan es más diversa de lo que sugieren los promedios generales. Marcamos la necesidad de políticas que no solo amplíen el acceso, sino que también reconozcan la diversidad de trayectorias y motivaciones que llevan a las personas a involucrarse en actividades artísticas y culturales. La estadística aplicada es una herramienta fundamental para analizar, interpretar y contextualizar fenómenos sociales complejos, permitiendo traducir los datos en conocimiento útil para comprender mejor la realidad cultural de Tlaxcala.

Bibliografía

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