“Esta carta es uno de los mejores ejemplos de que los indicativos preceden a los imperativos: la gracia de Dios y Su salvación preceden el obedecerle y el vivir de manera agradable a Él”
Si sabemos algo de la historia de Éfeso y de sus condiciones en aquel tiempo nos será fácil comprender por qué ocupa el primer lugar en la lista de las Siete Iglesias.
Pérgamo era la capital de la provincia de Asia, pero Éfeso era con mucho la ciudad más importante. Blasonaba orgullosamente de su título: ” La primera y la más grande metrópoli de Asia.» Un autor latino la llamó Lumen Asiae, La Luz de Asia. Veamos cuáles fueron los factores que le confirieron su grandeza preeminente.
Éfeso era el pórtico de Asia. Una de sus distinciones, establecida por decreto, era que cuando el procónsul romano venía a hacerse cargo del gobierno de Asia, debía desembarcar en Éfeso e introducirse en la provincia desde allí. Para todos los viajeros y el comercio, desde los valles del Castro y el Meandro, Galacia, el Éufrates y Mesopotamia, Éfeso era el paso obligado para ir a Roma. En tiempo posterior, cuando conducían a los cristianos desde Asia para echárselos a los leones en el circo romano, Ignacio de Antioquía llamó a Éfeso el Camino Real de los Mártires. Su ubicación convertía a Éfeso en la ciudad más rica e importante de Asia, y se la ha llamado adecuadamente La Feria de las Vanidades del mundo antiguo.
Éfeso tenía ciertas distinciones políticas. Era una ciudad libre. En el Imperio Romano algunas ciudades eran libres; se les había conferido ese honor por servicios prestados al Imperio. Una ciudad libre tenía un gobierno independiente hasta cierto punto, y estaba exenta de albergar guarnición de tropas romanas. Era una ciudad judicial. Los gobernadores Romanos pasaban revista periódicamente por las provincias; y en algunas ciudades y pueblos especialmente escogidos se establecían tribunales para juzgar los casos más importantes. Además, en Éfeso se celebraban los juegos atléticos más famosos de Asia, que atraían a personas de toda la provincia.
Éfeso era el centro del culto de Artemisa o, como se la llama en la Reina-Valera, Diana de los Efesios. El Templo de Artemisa era una de las siete maravillas del mundo antiguo. Tenía 425 pies de largo por 220 de ancho; tenía 120 columnas, cada una de 60 pies de altura que había sido el regalo de un rey, 36 de las cuales estaban cubiertas e incrustadas de oro. Los templos antiguos consistían en columnatas cubiertas solo en la parte central. Esta parte estaba cubierta de madera de ciprés. La imagen de Artemisa era una de las más sagradas del mundo antiguo. No era ni mucho menos hermosa, sino tenía una figura rechoncha, negra y con muchos pechos; tan antigua que nadie conocía su origen. No tenemos más que leer Hechos 19 para darnos cuenta de lo mucho que apreciaban los Efesios a Artemisa y su templo. Éfeso tenía también templos famosos dedicados a la divinidad de los emperadores Romanos Claudio y Nerón, y posteriormente también a Adriano y Severo. La religión pagana tenía toda su fuerza en Éfeso.
Efeso era un centro famoso de superstición pagana. Era famosa por las cartas efesias, amuletos y encantamientos que se tenían por remedios infalibles contra la enfermedad, la esterilidad y la mala suerte en los negocios; y venía gente de todo el mundo para comprarlas.
La población de Éfeso era muy mezclada. Sus ciudadanos estaban divididos en seis tribus. Formaban una los descendientes de los primeros habitantes del país; otra, los descendientes de los primeros colonizadores venidos de Atenas; tres, los otros griegos, y la otra, probablemente, los judíos. Además de ser un centro de culto, el Templo de Artemisa era también una guarida de crimen y de inmoralidad. El área del templo tenía derecho de asilo: cualquier criminal era inmune si podía llegar a ella. El templo tenía centenares de sacerdotisas, que eran en realidad una especie de prostitutas sagradas. Todo esto se combinaba para hacer de Éfeso un lugar notoriamente malo. A Heráclito, uno de los filósofos presocráticos más famosos, que era de Éfeso, se le conocía por el mote de “el filósofo llorón”. La explicación que daba de sus lágrimas era que no se podía vivir en Éfeso sin llorar su inmoralidad.
Tal era Éfeso; sería difícil imaginar un suelo menos prometedor para sembrar en él la semilla del Evangelio; y sin embargo fue allí donde la Iglesia Primitiva obtuvo algunos de sus mayores triunfos. R. C. Trench escribe en su comentario: “En ningún otro lugar encontró la Palabra de Dios un suelo tan receptivo, echó raíces tan profundas y dio frutos tan sazonados de fe y de amor”.
Pablo permaneció en Éfeso más tiempo que en ninguna otra ciudad (Hechos 20:31). Fue con Éfeso con la ciudad que estuvo más conectado Timoteo, hasta el punto de que se le considera su primer obispo (1 Timoteo 1:3). Es en Éfeso donde nos encontramos con Aquila, Prisquilla y Apolos (Hechos 18:19; Hechos 18:24; Hechos 18:26). Seguramente en ningún otro lugar estuvo Pablo tan íntimamente relacionado como con los ancianos Efesios, como revela hermosamente su discurso de despedida (Hechos 20:17-38). Posteriormente, Juan fue la figura señera en Éfeso. Cuenta la leyenda que llevó allí consigo a María, la Madre de Jesús, y que ella fue enterrada allí. Cuando escribió a Éfeso Ignacio de Antioquía, de camino a sufrir el martirio en Roma, dijo: “Vosotros habéis estado siempre unidos en una misma mente con los apóstoles en el poder de Jesucristo”.
Pocos lugares podrán mostrar mejor que Éfeso el poder conquistador de la fe cristiana.
Debemos fijarnos también en otra cosa. Ya hemos dicho que Éfeso era el puerto más importante de Asia. Hoy no se conservan de Éfeso más que unas ruinas. La costa es ahora una línea ininterrumpida de playa arenosa a la que no se puede acercar ningún barco.
Lo que era una vez el Golfo de Éfeso y su puerto es ahora una zona pantanosa llena de cañas y de juncos. Siempre fue costoso mantener abierto el puerto de Efeso a causa del sedimento que arrastra el río Castro. Se perdió la batalla, y Éfeso se desvaneció de la escena.
“Esta carta es uno de los mejores ejemplos de que los indicativos preceden a los imperativos: la gracia de Dios y Su salvación preceden el obedecerle y el vivir de manera agradable a Él”
Vamos a desglosarlo de manera sencilla estos dos modos verbales.
Ahora, en la frase cobra mucho más sentido:
“Esta carta es uno de los mejores ejemplos de que los indicativos preceden a los imperativos: la gracia de Dios y Su salvación preceden el obedecerle y el vivir de manera agradable a Él.”
Esto significa:
En resumen, y aplicado a la teología cristiana:
La belleza de Efesios, y del mensaje cristiano en general, es que el imperativo (lo que debo hacer) siempre fluye del indicativo (lo que Dios ya ha hecho). No se nos ordena vivir de cierta manera para ganar la salvación, sino porque ya hemos sido salvados y somos amados por gracia. Primero viene la declaración de la gracia (indicativo), luego la exhortación a la obediencia (imperativo).
“Esta carta es uno de los mejores ejemplos de que los indicativos preceden a los imperativos: la gracia de Dios y Su salvación preceden el obedecerle y el vivir de manera agradable a Él.”
¡Efesios! Es una de las cartas más ricas y profundas del Nuevo Testamento. A continuación se explican los conceptos: Indicativo e Imperativo, desde la perspectiva reformada bautista, conectándolos directamente con nuestra Confesión de Fe de 1689.
Esta frase, resume uno de los principios más importantes de la teología reformada. A continuación, se explica de forma sencilla:
Indicativo = Lo que Dios ha hecho por nosotros (hechos, realidades, verdades objetivas). Es narrativo: “Dios te ha salvado”, “Estás justificado”, “Eres hijo de Dios”.
Imperativo = Lo que nosotros debemos hacer (mandatos, exhortaciones, comandos). Es prescriptivo: “Vive de esta manera”, “Obedece”, “Ama a tu prójimo”.
El principio dice: En la economía de la gracia divina, Dios siempre anuncia primero lo que Él ha hecho por nosotros, y sobre esa base, nos llama a responder con obediencia. La salvación es primero un regalo (indicativo), y luego un deber (imperativo) que fluye de ese regalo.
Como dice la Confesión Bautista de Fe de 1689, Capítulo 11.1: “A quienes Dios llama eficazmente, también justifica gratuitamente…”. Primero viene el llamado eficaz (obras de Dios), luego la justificación (regalo), y solo sobre esa base, la vida de obediencia.
Ahora, la frase “en Cristo Jésus” (y variantes: “en él”, “con Cristo”, “en el Señor”) es el sello distintivo de Efesios. Aparece más de 30 veces. No es un mero adorno, sino que expresa la unión vital del creyente con Cristo.
Cuando Pablo dice “en Cristo”, está diciendo que el creyente está: - Unido a Cristo por fe - Representado por Cristo - Incluido en todos los beneficios de su obra redentora - Incorporado como miembro de su cuerpo (la Iglesia)
Este es un indicativo fundamental: tú estás INCLUIDO en Cristo. Tu posición ya es segura. En Efesios 1:4 dice: “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo”. Eso es un indicativo puro: Dios te escogió en Cristo, y lo hizo antes del mundo. ¡No es algo que tú hiciste!
Aquí está la belleza de la conexión: La expresión “en Cristo” es el indicativo que fundamenta todos los imperativos de la carta.
Observa la estructura de Efesios:
En estos capítulos no hay un solo mandato. Es puro evangelio: esto es lo que eres en Cristo.
A partir del capítulo 4, Pablo da un giro clave: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados”.
Aquí viene la pregunta clave: ¿Cómo puedo vivir dignamente de mi vocación? La respuesta está en 4:1: “preso en el Señor” (en Cristo). La base es siempre el indicativo.
Mira estas conexiones:
Indicativo → Imperativo
Indicativo: 4:7 “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo” → Imperativo: 4:1-3 “andéis… con toda humildad… solícitos en guardar la unidad del Espíritu”
Indicativo: 4:24 “el nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” → Imperativo: 4:25-32 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad… Sed benignos unos con otros”
Indicativo: 5:1-2 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó” → Imperativo: 5:3-5 “Pero fornicación y toda inmundicia… ni aun se nombre entre vosotros”
Indicativo: 5:8-10 “en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor” → Imperativo: 5:11 “Andad como hijos de luz”
Nuestra confesión refleja perfectamente esta verdad:
Capítulo 13.1: “Aquellos que están unidos a Cristo, son llamados eficazmente y regenerados… son aún más santificados…” Nota el orden: primero unidos a Cristo (indicativo), luego llamados y regenerados, y sobre esa base, más santificados.
Capítulo 11.1: “A quienes Dios llama eficazmente, también justifica gratuitamente, NO… por nada que hay en ellos o hecho por ellos, sino solamente por causa de Cristo”. La justificación es por gracia; la obediencia es respuesta.
Capítulo 21.1: “La libertad que Cristo ha comprado para los creyentes… consiste en su libertad de la culpa del pecado… [y] en rendirle obediencia a él, no por un temor servil, sino por un amor filial”. La libertad (indicativo) produce obediencia por amor (imperativo), no por miedo.
Capítulo 19.5-7: La confesión aclara que los creyentes no están bajo la ley como pacto de obras, pero la ley les sirve como “regla de vida”. Primero viene la redención (indicativo), luego el uso de la leya para la obediencia (imperativo).
Indicativos (2:1-10): “Y él nos dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados… por gracia sois salvos… sois hechura suya, creados en Cristo Jesús”
Imperativos (2:11-22): “Por tanto, acordaos…” y luego la exhortación a vivir como lo que son: reconciliados, un cuerpo, morada de Dios.
Indicativo: 4:20-24 “Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo… y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre”
Imperativos: Todo lo que sigue (4:25-32) sobre desechar la mentira, el enojo, la maldicencia, etc.
Indicativo: 5:8 “En otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor”
Imperativo: 5:11 “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas”
Este orden no es meramente retórico, sino teológico y existencial:
Seguridad Antes que Esfuerzo: No te dices “esfuérzate para estar en Cristo”, sino “porque ya estás en Cristo, ahora vive como tal”. Tu posición es segura; tu práctica fluye de esa seguridad.
Gracia Antes que Ley: Como dice la 1689 (Cap. 21.3), quienes pervertir este orden y practican pecado “bajo el pretexto de la libertad cristiana… destruyen completamente el propósito de la libertad”. Pero el que entiende primero la gracia no usa la libertad para pecar, sino para obedecer por amor.
Identidad Antes que Comportamiento: En Efesios 1-3 te dicen quién eres; en 4-6 te dicen cómo vivir. La obediencia es la manifestación de tu identidad, no el medio para obtenerla.
Consuelo en la Lucha: La 1689 (Cap. 13.2) reconoce que “todavía quedan algunos remanentes de corrupción en cada parte”. Pero porque tu posición “en Cristo” es firme (indicativo), puedes luchar contra la corrupción (imperativo) sin desesperar.
La expresión “en Cristo Jésus” no es solo una frase teológica; es el ancla que sostiene toda la vida cristiana. Cada vez que Pablo la usa, está recordando a los creyentes: “Esto es lo que ya sois en Cristo”.
Y cada vez que da un mandato, está diciendo: “Ahora, vivid de acuerdo con lo que ya sois” (no “para que lleguéis a serlo”).
La Confesión de 1689 resume esto magistralmente en el Capítulo 18.1: “Los que creen verdaderamente… pueden en esta vida estar absolutamente seguros de hallarse en el estado de gracia, y pueden regocijarse en la esperanza de la gloria de Dios; y tal esperanza nunca les avergonzará”. Esa seguridad (indicativo) produce una vida de gozo y obediencia.
En resumen: En Efesios, “en Cristo” es el indicativo que hace posible y da sentido a todos los imperativos. No es “haz esto para ser salvo”, sino “porque ya estás salvado en Cristo, ahora haz esto”. La gracia siempre precede al deber, y la posición en Cristo precede a la práctica de la santidad.
La expresión “los indicativos preceden a los imperativos” describe una estructura teológica fundamental en la carta a los Efesios y en toda la teología paulina.
En términos simples:
Los capítulos 1–3 están dominados por los indicativos:
Los capítulos 4–6, en cambio, presentan los imperativos:
El principio indica que la identidad precede a la conducta:
La frase “en Cristo” (repetida más de 30 veces en Efesios) resume la posición del creyente:
| Aspecto | Capítulos | Enfoque | Ejemplo |
|---|---|---|---|
| Indicativos | 1–3 | Lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo | “Por gracia sois salvos” (2:8) |
| Imperativos | 4–6 | Cómo vivir en consecuencia | “Andad como hijos de luz” (5:8) |
| Conexión | Cristo es la base de ambos | En Él somos y vivimos | “En Cristo Jesús” (1:3; 2:6; 2:13) |
Desde esta perspectiva confesional (CB 1689, cap. 13 y 16), el orden es esencial:
La santificación fluye de la justificación. Dios primero regenera, une al creyente a Cristo, y luego lo llama a andar en santidad. Así, la gracia produce obediencia, no al revés. El creyente obedece no para ganarse el favor divino, sino porque ya lo posee en Cristo.
A continuación se presenta un esquema visual que muestra la organización doctrinal y práctica de la epístola según este principio teológico:
Tema general: Nuestra posición en Cristo.
| Capítulo | Enfoque principal | Contenido clave | Versículo clave |
|---|---|---|---|
| 1 | Bendiciones espirituales en Cristo | Elección, adopción, redención, sellamiento con el Espíritu | “Nos bendijo con toda bendición espiritual… en Cristo” (1:3) |
| 2 | Salvación por gracia y unión con Cristo | De muerte a vida; creados para buenas obras; reconciliación de judíos y gentiles | “Por gracia sois salvos… creados en Cristo Jesús” (2:8–10) |
| 3 | Misterio revelado y poder del Espíritu | La Iglesia como cuerpo de Cristo; oración por fortaleza interior | “Cristo habite por la fe en vuestros corazones” (3:17) |
Resumen doctrinal: 👉 Todo lo que somos y tenemos proviene de estar “en Cristo”:
Tema general: Nuestra conducta en Cristo.
| Capítulo | Enfoque principal | Contenido clave | Versículo clave |
|---|---|---|---|
| 4 | Unidad y madurez en el cuerpo de Cristo | Andar dignamente; dones espirituales; dejar el viejo hombre | “Andad como es digno de la vocación…” (4:1) |
| 5 | Vida santa en amor y sabiduría | Imita a Dios; vive como hijo de luz; relaciones familiares | “Sed, pues, imitadores de Dios…” (5:1) |
| 6 | Relación en el hogar y la guerra espiritual | Padres e hijos; siervos y amos; armadura de Dios | “Fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza” (6:10) |
Resumen práctico: 👉 Lo que Dios ha hecho por nosotros (cap. 1–3) ahora produce cómo debemos vivir (cap. 4–6):
Efesios
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│ DOCTRINA │
│ “En Cristo” – Lo que Dios ha hecho │
│ Capítulos 1–3 (Indicativos) │
│ ↓ Gracia → Identidad → Unión con Cristo │
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↓
┌───────────────────────────────────────────┐
│ PRÁCTICA │
│ “Por Cristo” – Cómo debemos vivir │
│ Capítulos 4–6 (Imperativos) │
│ ↓ Conducta → Santidad → Servicio │
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El creyente no vive para alcanzar la gracia, sino porque ha sido alcanzado por ella. Efesios muestra que:
“La obediencia cristiana es la consecuencia natural de haber sido unido a Cristo por la gracia soberana de Dios.” (cf. Confesión Bautista de Fe de 1689, cap. 13 y 16)