Análisis Temporal del Nivel del Mar: Exploración de Patrones Climáticos a través de Series de Tiempo

Introducción

El cambio climático es uno de los principales desafíos contemporáneos, con impactos profundos sobre los sistemas naturales y humanos. Para comprender su evolución, es fundamental analizar el comportamiento de ciertas variables clave que han sido medidas de manera sistemática a lo largo del tiempo.

GIF descriptivo

En este trabajo se estudian series de tiempo correspondientes a seis variables ambientales de alta relevancia:

Estas variables reflejan directamente la dinámica del sistema climático y su estudio permite detectar tendencias, patrones persistentes y posibles anomalías. El objetivo principal es identificar si estas variables presentan un comportamiento lineal en el tiempo y determinar si sus cambios son estadísticamente significativos.

Este análisis se basa en un enfoque de regresión lineal simple, lo que permite interpretar de manera clara y directa la dirección, magnitud y significancia de los cambios observados. Además, se realiza una evaluación rigurosa de los supuestos estadísticos clásicos, con especial atención a la autocorrelación de los errores, dada la naturaleza secuencial de los datos.

Metodología

El análisis se desarrolla bajo un enfoque estadístico aplicado al estudio de series de tiempo, el cual permite explorar la estructura temporal de las variables ambientales seleccionadas, identificando patrones y relaciones que puedan explicar su comportamiento a lo largo del tiempo.

En este estudio, la variable dependiente de interés es el nivel medio global del mar (GMSL), considerado como indicador principal del impacto del cambio climático a lo largo del tiempo. Las demás variables ambientales se analizan como posibles explicativas o asociadas a su comportamiento, permitiendo explorar patrones conjuntos y relaciones temporales significativas dentro del marco de las series de tiempo.

El proceso inicia con una exploración gráfica de cada una de las seis variables. Estas gráficas permiten observar visualmente la evolución de las series, detectar la presencia de tendencias persistentes, estacionalidades regulares, fluctuaciones cíclicas o variaciones abruptas. Además, se tiene en cuenta la magnitud de los cambios** y la frecuencia de los datos, ya que influyen directamente en la interpretación temporal.

Se realiza un análisis cualitativo de los principales componentes de cada serie:

  • Tendencia: evolución sostenida en el tiempo.

  • Estacionalidad: patrones que se repiten en intervalos regulares.

  • Ciclo: fluctuaciones no regulares que pueden reflejar fenómenos económicos o naturales.

  • Componente aleatorio o ruido blanco: variaciones no explicadas por los componentes anteriores.

Se analiza si las series son estacionarias, es decir, si sus propiedades estadísticas como la media y la varianza se mantienen constantes a lo largo del tiempo. La no estacionariedad puede deberse a tendencias o variaciones cíclicas, por lo que en algunos casos se consideran transformaciones como la primera diferencia, aunque el enfoque principal del análisis permanece en lo descriptivo.

Una parte esencial del análisis consiste en estudiar la dependencia temporal dentro de cada serie. Para esto se calculan las funciones de autocorrelación (ACF), que permiten visualizar qué tan correlacionados están los valores actuales con sus propios rezagos. Los correlogramas ayudan a determinar la presencia de memoria temporal, ciclos implícitos o patrones ocultos en las series. Se presta atención a la significancia estadística de los coeficientes de autocorrelación en los diferentes rezagos, lo cual puede revelar estructuras internas que no son visibles en el gráfico original.

En los casos donde los residuos del modelo o las variaciones de la serie muestran independencia y comportamiento aleatorio, se considera que existe evidencia de ruido blanco, lo que implica que no hay estructura temporal aprovechable en esos segmentos.

Como herramienta se emplea la regresión lineal para estimar el comportamiento promedio de las variables a lo largo del tiempo. Esto permite cuantificar si la tendencia observada es significativa y estimar la magnitud del cambio por unidad de tiempo. El modelo utilizado tiene la forma:

yt=β0+β1⋅t+εt

donde yt representa la variable ambiental en el tiempo t, β0 es la ordenada al origen, β1 es la pendiente que indica el cambio promedio, y εt corresponde al término de error aleatorio.

No obstante, la regresión se utiliza como una aproximación lineal a una estructura potencialmente más compleja, y sus resultados se interpretan con cautela, especialmente se integra como parte del análisis de tendencia, y sus resultados se interpretan junto con el resto de los hallazgos, asegurando siempre el cumplimiento de sus supuestos clásicos (linealidad, independencia de errores, homocedasticidad y normalidad de residuos).

Descriptivas analíticas

En esta sección se presentan los análisis estadísticos exploratorios de la base de datos, con el objetivo de comprender la estructura general de la información y caracterizar las variables antes de aplicar técnicas de modelado. Se incluyen las definiciones de cada variable, medidas de tendencia central, diagramas de distribución (box plots) y un análisis de correlación entre las variables seleccionadas. Este enfoque permite identificar relaciones potenciales, detectar valores atípicos y evaluar la presencia de patrones comunes entre los países, lo que resulta clave para la posterior aplicación de métodos de agrupamiento y modelado multivariado.

Base de datos

La base de datos empleada en este estudio corresponde a una serie de tiempo compuesta por 180 observaciones mensuales consecutivas, registradas entre enero de 2005 y diciembre de 2019. Esta periodicidad permite analizar con suficiente detalle la evolución temporal de las variables relacionadas con el cambio climático y la actividad humana. Cada variable fue seleccionada por su relevancia en el contexto ambiental global, y se encuentra alineada temporalmente para garantizar coherencia en los análisis. La estructura de la base de datos favorece la exploración de tendencias, estacionalidades y posibles relaciones dinámicas entre variables a lo largo del tiempo.

Variables

Temperatura global

Este indicador representa el promedio mensual o anual de la temperatura en la superficie del planeta, incluyendo tanto las regiones terrestres como oceánicas. Generalmente se expresa como una anomalía respecto a un periodo base de referencia. Refleja los cambios térmicos del sistema climático terrestre a lo largo del tiempo, y su aumento sostenido es uno de los principales signos del calentamiento global provocado por la actividad humana y los forzamientos naturales.

Variación del nivel del mar (GMSL)

Hace referencia a los cambios observados en el nivel medio global del mar a lo largo del tiempo. Estos cambios se deben principalmente al derretimiento de glaciares y capas de hielo, así como a la expansión térmica de los océanos debido al calentamiento global. Se mide en milímetros respecto a un nivel de referencia, y constituye un indicador importante del impacto acumulado del cambio climático sobre los océanos.

Extensión de hielo marino en el Ártico

Este indicador mide la superficie total del océano Ártico que se encuentra cubierta por hielo marino en cada mes, expresada en millones de kilómetros cuadrados. Su comportamiento presenta una marcada variabilidad estacional, con máximos en invierno y mínimos en verano. En las últimas décadas, se ha observado una tendencia decreciente en su extensión mínima anual, lo que evidencia cambios en el equilibrio energético del sistema polar del hemisferio norte. La evolución de esta variable es clave para el estudio de procesos climáticos y oceánicos globales.

Producción de petróleo

Este indicador muestra la cantidad total de petróleo crudo extraído en un periodo mensual, generalmente medida en barriles por día o en millones de barriles al mes. La producción de petróleo está estrechamente relacionada con factores económicos, geopolíticos y energéticos, y se considera una variable relevante para el análisis de impactos ambientales indirectos, dado su vínculo con el consumo de combustibles fósiles y las emisiones asociadas de gases de efecto invernadero.

Contenido de calor oceánico

Este indicador refleja la cantidad de energía térmica almacenada en las capas superiores del océano, típicamente hasta los 700 o 2000 metros de profundidad. Es una medida directa del desequilibrio energético del sistema climático, ya que los océanos absorben más del 90% del exceso de calor generado por el efecto invernadero. El aumento sostenido de este contenido indica una intensificación del calentamiento global.

Extensión de hielo marino en la Antártida

Este indicador representa la superficie del océano Antártico cubierta por hielo marino en cada mes del año, medida igualmente en millones de kilómetros cuadrados. A diferencia del Ártico, la evolución del hielo antártico ha sido más variable y presenta comportamientos estacionales complejos influenciados por las corrientes oceánicas y patrones atmosféricos del hemisferio sur. No obstante, en los últimos años también se han observado disminuciones importantes, lo que refleja los efectos del cambio climático en ambas regiones polares.

Medidas de tendencia central

La siguiente tabla presenta las principales medidas de tendencia central y dispersión para las variables cuantitativas del estudio. Se incluyen la media, mediana, moda (cuando es aplicable) y los percentiles. Estas estadísticas permiten identificar la distribución general de los datos, detectar posibles asimetrías y comprender el rango de variabilidad presente en las variables analizadas.

Comparación de la extensión de hielo marino: Ártico vs Antártida

El siguiente gráfico presenta una comparación temporal entre la extensión mensual de hielo marino en el Ártico y en la Antártida desde 2005 hasta 2019. Ambas variables muestran una fuerte estacionalidad, con oscilaciones regulares que reflejan los ciclos anuales de congelación y deshielo. Este análisis visual permite observar el comportamiento de cada región polar y facilita la identificación de posibles diferencias estructurales y patrones recurrentes.

A pesar de la estacionalidad compartida, se evidencian diferencias importantes en el nivel medio y en la amplitud de las oscilaciones. El hielo antártico tiende a alcanzar extensiones máximas más elevadas que el hielo ártico, mientras que este último presenta una mayor estabilidad en sus mínimos. Estas diferencias responden a factores climáticos, geográficos y oceanográficos propios de cada hemisferio.

Contexto histórico

Entre 2005 y 2019, el mundo enfrentó una etapa crítica en la lucha contra el cambio climático, marcada por un aumento sostenido de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), eventos extremos cada vez más frecuentes y la adopción de acuerdos internacionales fundamentales. Este período estuvo caracterizado por un desequilibrio entre los avances científicos y políticos y la realidad de las tendencias ambientales, especialmente el calentamiento global y el ascenso del nivel del mar.

Las emisiones globales de CO₂ aumentaron significativamente, pasando de 29 a más de 36 gigatoneladas, con China y otras economías emergentes como principales responsables del crecimiento. Este incremento intensificó el efecto invernadero, provocando una mayor expansión térmica del océano y un mayor deshielo de masas glaciares. A la par, las olas de calor se volvieron más intensas y prolongadas en diversas regiones del mundo, ocasionando miles de muertes, afectaciones agrícolas y presión sobre los sistemas sanitarios. Estos fenómenos reflejan la aceleración del calentamiento y su impacto directo en la criósfera.

En este mismo período, los incendios forestales se intensificaron tanto en frecuencia como en extensión, afectando ecosistemas críticos como la Amazonía, los bosques de Australia y California. Las condiciones climáticas extremas, impulsadas por el calentamiento global, hicieron que estos incendios se convirtieran en fuentes adicionales de GEI, reduciendo además la capacidad de los bosques de actuar como sumideros de carbono.

Frente a este panorama, la política internacional tuvo avances importantes pero insuficientes. Tras la expiración del Protocolo de Kioto, el Acuerdo de París de 2015 logró un consenso global para limitar el calentamiento por debajo de los 2 °C. Sin embargo, la falta de medidas vinculantes y el retiro de Estados Unidos en 2017 pusieron en evidencia la debilidad estructural de la gobernanza climática global. En suma, el periodo 2005–2019 dejó claras las dimensiones del desafío climático y la urgencia de una acción más ambiciosa y coordinada a nivel mundial.

Series de tiempo

El análisis de series de tiempo permite estudiar el comportamiento de variables observadas en secuencias cronológicas, con el fin de identificar patrones como tendencias, estacionalidades y fluctuaciones irregulares. Esta metodología es especialmente útil para comprender la evolución de fenómenos dinámicos a lo largo del tiempo y para desarrollar modelos que faciliten su predicción. En este contexto, se aplican herramientas estadísticas y gráficas que permiten descomponer, visualizar y modelar el comportamiento temporal de las variables seleccionadas.

Visualización de las variables

El siguiente gráfico muestra la evolución de las seis variables clave relacionadas con el cambio climático y la actividad energética entre los años 2005 y 2019.

Temperatura global

Entre 2005 y 2019 se intensificaron los efectos del calentamiento global, impulsados principalmente por la quema de combustibles fósiles, la deforestación y el crecimiento industrial de potencias emergentes como China e India. Este fenómeno se ve reflejado claramente en la serie de tiempo de temperatura global analizada.

Tendencia general: La gráfica muestra una tendencia creciente en la temperatura promedio a lo largo del período. Aunque se presentan fluctuaciones interanuales, el aumento es particularmente notable a partir de 2015.

Picos destacados: Se observan máximos alrededor de los años 2016 y 2019. Estos picos coinciden con la ocurrencia de eventos climáticos como El Niño 2015–2016, que generó un aumento temporal significativo en las temperaturas globales.

Implicación: Este comportamiento es consistente con el proceso de calentamiento global, en el cual las temperaturas promedio tienden a incrementarse sostenidamente. La gráfica refleja, por tanto, tanto el impacto de tendencias estructurales en las emisiones como la influencia de fenómenos climáticos de corto plazo.

Calor oceánico

Durante el período 2005–2019, los océanos desempeñaron un papel crucial en la regulación del clima global, al absorber más del 90% del exceso de calor generado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta acumulación de energía térmica es uno de los indicadores más sólidos del cambio climático y sus efectos son múltiples.

Tendencia general: La serie de tiempo analizada muestra una tendencia creciente en la energía térmica acumulada en los océanos, reflejando el aumento sostenido de la temperatura del sistema climático.

Ruidos y anomalías: Aunque se presentan algunas interrupciones y caídas abruptas, posiblemente asociadas a errores de medición o eventos climáticos extremos, la trayectoria general de crecimiento es evidente.

Implicación: El aumento del calor oceánico tiene implicaciones directas sobre el nivel del mar, al favorecer la expansión térmica del agua y acelerar el derretimiento de masas de hielo en regiones polares. Además, este exceso de calor ha contribuido al blanqueamiento masivo de corales en zonas tropicales, afectando gravemente la biodiversidad marina.

Hielo en la Antártida

La extensión del hielo marino en la Antártida presentó un comportamiento complejo, marcado por una aparente estabilidad relativa en superficie, pero acompañado de procesos más profundos de pérdida de hielo terrestre. La serie de tiempo correspondiente refleja esta dualidad.

Estacionalidad: La serie presenta un patrón cíclico claro con fuerte estacionalidad anual, lo cual es típico del hielo marino, que se expande y se retrae con las estaciones. Esta variabilidad estacional es natural, pero puede dificultar la identificación de tendencias de fondo.

Tendencia general: Aunque no se observa una disminución drástica y sostenida en la extensión superficial del hielo marino antártico durante gran parte del período, hacia el final hay indicios de ligeras disminuciones, lo que sugiere una posible transición a un patrón de pérdida más pronunciada.

Implicación: Si bien la serie sugiere cierta estabilidad en la superficie de hielo marino, esta puede enmascarar una pérdida real de masa si no se descompone adecuadamente. De hecho, en la última década se han documentado fracturas y colapsos de grandes plataformas de hielo terrestre, que añaden directamente agua dulce al océano, con implicaciones relevantes para el aumento del nivel del mar y la dinámica oceánica en el hemisferio sur.

Hielo sobre el mar

El hielo marino en el Ártico mostró una tendencia preocupante de reducción, en línea con los efectos esperados del calentamiento global. Esta pérdida de hielo ha sido impulsada por veranos cada vez más cálidos y patrones de viento anómalos, que afectan tanto la extensión como la estructura del hielo.

Estacionalidad: Al igual que en la Antártida, la serie de tiempo presenta una estacionalidad marcada, con ciclos anuales regulares de avance y retroceso del hielo marino. Sin embargo, la amplitud de estas oscilaciones ha comenzado a cambiar.

Tendencia general: Se observa una ligera tendencia decreciente en la amplitud de las oscilaciones, lo que sugiere una pérdida neta de hielo marino, especialmente en los meses de verano. Un evento clave fue el de 2007, cuando se alcanzó una de las extensiones mínimas de hielo ártico más bajas hasta ese momento, como resultado de condiciones climáticas extremas.

Implicación: Esta reducción sostenida en la extensión del hielo marino afecta directamente el efecto albedo, es decir, la capacidad del hielo para reflejar la radiación solar. Con menos hielo, el océano absorbe más calor, lo que a su vez acelera el calentamiento regional y global, alimentando un ciclo de retroalimentación positiva que agrava el derretimiento del hielo y el aumento del nivel del mar.

Nivel medio del mar (GMSL)

El nivel medio global del mar ha mostrado una tendencia ascendente clara y sostenida, impulsada por dos factores principales: la expansión térmica del agua marina y la fusión acelerada de glaciares y capas de hielo en Groenlandia, la Antártida y otras regiones montañosas.

Tendencia general: La serie de tiempo revela una tendencia creciente continua, sin interrupciones prolongadas que indiquen estabilización o reversión del patrón.

Variabilidad: Aunque existen oscilaciones de corto plazo, muchas relacionadas con fenómenos como El Niño y otros patrones climáticos naturales, la dirección general es de aumento constante.

Implicación: Este comportamiento concuerda con los informes científicos más recientes, incluidos los del IPCC, que advierten que el ascenso del nivel del mar no solo se mantiene, sino que podría acelerarse. La combinación de eventos extremos y cambios estructurales en el sistema climático global refuerza esta tendencia, con implicaciones directas para zonas costeras, deltas y pequeñas islas vulnerables.

Producción de petróleo

La producción mundial de petróleo experimentó importantes transformaciones, reflejadas en una tendencia creciente sostenida hasta 2018, impulsada por la expansión de la actividad extractiva y la incorporación de nuevas tecnologías, como el fracking en Estados Unidos. Esta expansión tuvo un efecto directo sobre el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, con impactos indirectos en variables climáticas como la temperatura global, el calor oceánico y el nivel del mar.

Tendencia general: La serie de tiempo muestra una tendencia ascendente clara entre 2005 y 2018, seguida de una caída abrupta en 2019 y una leve recuperación posterior. Este comportamiento sugiere la influencia de factores económicos y geopolíticos en la producción global.

Variabilidad: Antes de 2010, las fluctuaciones eran relativamente menores, pero se intensificaron hacia el final del período, en parte como resultado de la crisis del petróleo entre 2014 y 2016, cuando una fuerte caída en los precios globales redujo la producción temporalmente.

Implicación: El crecimiento en la producción refleja una mayor dependencia del petróleo como fuente de energía, lo que está directamente ligado al incremento de emisiones de CO₂. Por su parte, la caída de 2019 podría estar asociada a factores económicos, geopolíticos o restricciones de mercado, y aunque reduce temporalmente las emisiones, no representa un cambio estructural. Estos ciclos de producción y consumo de hidrocarburos inciden directamente en el forzamiento radiativo del sistema climático, con efectos acumulativos en el calentamiento global y, por extensión, en el aumento del nivel del mar.

Relación entre variables

La variable GMSL muestra relaciones significativas y fuertes con producción de petróleo, temperatura y calor oceánico, lo que indica que el aumento del nivel del mar está íntimamente ligado con el calentamiento global inducido por el ser humano.

Las variables relacionadas con el hielo muestran menor capacidad explicativa directa, posiblemente por su alta estacionalidad o porque sus efectos sobre el nivel del mar se manifiestan en escalas temporales más largas.

Desde un enfoque predictivo, variables como producción de petróleo y temperatura global son candidatas clave para explicar o modelar el comportamiento de GMSL.

Resultado del modelo lineal en series de tiempo

Estimación del modelo

Temperatura:

La variable es altamente significativa. Un aumento de una unidad en la temperatura se asocia con un aumento estimado de 10.92 unidades en el GMSL, manteniendo constantes las demás variables. Esto respalda la relación positiva y significativa entre el calentamiento global y el aumento del nivel del mar.

Hielo_Mar:

Esta variable no muestra un efecto estadísticamente significativo sobre el GMSL en el modelo. A pesar de su relación teórica con el aumento del nivel del mar, los datos no respaldan una influencia directa o fuerte dentro del marco del modelo.

Calor_Oceanico:

Aunque el coeficiente sugiere una relación positiva entre el calor oceánico y el GMSL, la variable no es estadísticamente significativa al nivel del 5%. Su contribución no puede considerarse concluyente en este análisis.

Hielo_Antartida:

La pérdida de hielo en la Antártida muestra una relación positiva y significativa con el aumento del GMSL. Un cambio de una unidad en esta variable se asocia con un aumento de 0.41 unidades en el nivel del mar. Este resultado apoya la hipótesis de que el derretimiento de hielo terrestre contribuye significativamente al aumento del nivel del mar.

Produccion_Petroleo:

La producción de petróleo tiene una fuerte asociación positiva y altamente significativa con el GMSL. Esto puede interpretarse como un indicador indirecto de emisiones de gases de efecto invernadero, sugiriendo que mayores niveles de actividad industrial están relacionados con el aumento del nivel del mar.

Desempeño general del modelo

  • R² Ajustado: 0.905

  • Error estándar residual: 5.889

  • Significancia del modelo: p < 2.2e-16

El modelo explica aproximadamente el 90.5% de la variabilidad del GMSL, lo que indica un muy buen ajuste global. La significancia estadística global también es muy alta, lo que respalda la robustez del modelo.

Analisis de los supuestos de linealidad

A continuación, se consolidan en tablas los resultados de las funciones Shapiro-Wilk, Breusch-Pagan, VIF (Variance Inflation Factor) para facilitar la visualización e interpretación de cada uno de los supuestos.

Supuesto de linealidad

El valor p (0.5127) es mayor a 0.05, lo que indica que no se rechaza la hipótesis nula de normalidad. Por lo tanto, los residuales siguen una distribución normal, lo cual es adecuado para la validez del modelo.

Supuesto de homocedasticidad

El valor p (0.3477) también es mayor a 0.05, lo que indica que no hay evidencia de heterocedasticidad. Es decir, la varianza de los errores es constante (homocedasticidad), cumpliendo otro supuesto clave del modelo lineal.

Supuesto de multicolinealidad

Ninguna variable supera el umbral crítico de 10, aunque Hielo_Mar y Hielo_Antártida tienen VIF cercanos a 5, lo que indica moderada colinealidad, pero aún aceptable. No es necesario eliminar variables por colinealidad en este caso.

Validación de autocorrelación

Para evaluar la estructura temporal de las variables, se utilizó la función de autocorrelación (ACF), la cual permite identificar la dependencia de cada serie respecto a sus propios valores pasados. Este análisis es clave para comprobar si existe persistencia o patrones estacionales que deban considerarse al ajustar modelos y realizar pronósticos, ya que una alta autocorrelación puede indicar que la información de periodos anteriores influye de forma relevante en la evolución de la variable.

Temperatura

  • Muestra una autocorrelación alta en los primeros rezagos, que disminuye lentamente.

  • Esto indica que la temperatura tiene una memoria considerable: los valores pasados influyen fuertemente en los futuros.

  • Es un patrón típico de una serie con tendencia positiva sostenida.

Calor Oceánico

  • La autocorrelación es moderada en los primeros rezagos y se reduce gradualmente.

  • Refleja que el calor almacenado en los océanos tiene cierta persistencia, pero con menor fuerza que la temperatura atmosférica.

  • Esto tiene sentido porque el calor oceánico se acumula y disipa más lentamente.

Hielo Antártida

  • Presenta un patrón muy variable, con autocorrelaciones positivas y negativas que saltan de un rezago a otro.

  • Este comportamiento sugiere una fuerte estacionalidad y posibles fluctuaciones abruptas, como derretimientos o acumulaciones cíclicas de hielo.

Hielo Mar (Ártico)

  • Similar al hielo antártico, muestra alternancias regulares entre valores positivos y negativos.

  • Esto confirma la estacionalidad marcada: la extensión de hielo marino tiende a crecer y decrecer siguiendo un ciclo anual.

GMSL (Nivel del Mar)

  • La autocorrelación es muy alta en los primeros rezagos y decrece lentamente.

  • Muestra que el nivel del mar tiene una inercia importante: las variaciones pasadas se mantienen a lo largo del tiempo.

  • Este patrón respalda la necesidad de modelos que consideren la tendencia y la persistencia para pronosticar.

Producción de Petróleo

  • Se observa una autocorrelación fuerte y sostenida que decrece de forma lineal.

  • Esto indica que la producción de petróleo mantiene una dependencia estructural de valores previos, reflejando la estabilidad de la producción energética en periodos consecutivos.

En resumen, el conjunto de los correlogramas ACF muestran que la mayoría de las variables presentan alta autocorrelación en los primeros rezagos, lo que evidencia que la historia reciente de cada serie influye en su comportamiento actual. Además, las variables relacionadas con hielo tienen una clara estacionalidad, alternando entre valores positivos y negativos.

Estos resultados confirman que es necesario considerar la estructura temporal y los ciclos de cada variable al modelar y prever escenarios futuros.

Análisis de residuos

El gráfico de diagnóstico de residuos proporciona evidencia clave sobre la adecuación del modelo lineal:

  • Serie de residuos en el tiempo: Aunque se aprecian leves oscilaciones, no se observa una estructura cíclica persistente ni patrones sistemáticos que comprometan la independencia. Esto sugiere que la componente estocástica del modelo se comporta de forma estable a lo largo del tiempo.

  • Función de autocorrelación (ACF): La mayoría de los coeficientes de autocorrelación de los residuos están dentro de las bandas de confianza del 95%, indicando ausencia significativa de autocorrelación, lo cual refuerza la validez del supuesto de independencia de los errores. Esta es una condición crítica en modelos de series de tiempo y su cumplimiento respalda la robustez del enfoque lineal aplicado.

  • Distribución de los residuos: El histograma muestra una forma simétrica y aproximadamente normal, lo que respalda el cumplimiento del supuesto de normalidad. Esto es especialmente relevante para asegurar la validez de las inferencias estadísticas (valores p y pruebas t).

En conclusión, el análisis gráfico de los residuos confirma que los supuestos esenciales del modelo lineal, linealidad, independencia, homocedasticidad y normalidad están razonablemente satisfechos, lo cual valida su aplicación en este contexto temporal y permite confiar en la calidad de las predicciones obtenidas.

Pronóstico

Se dividió la serie en datos de entrenamiento (2005–2017) y prueba (2018–2019), generando un pronóstico de GMSL.

El gráfico presenta el pronóstico del nivel medio global del mar (GMSL), donde se visualizan:

  • Línea negra: la serie observada original

  • Línea roja: los valores pronosticados por el modelo

  • Áreas sombreadas en azul: bandas de confianza asociadas al pronóstico

Esta representación permite observar el comportamiento histórico del GMSL, evaluar el ajuste del modelo y tener una idea clara de la incertidumbre en la predicción futura.

En primer lugar, se identifica con claridad una tendencia ascendente sostenida en la serie temporal del GMSL, que continúa durante el período de pronóstico. Esta tendencia es coherente con la evidencia empírica ampliamente documentada sobre el impacto del cambio climático y el calentamiento global, en particular la expansión térmica del agua y el deshielo de glaciares y capas de hielo. La extensión de dicha tendencia en la zona de pronóstico refuerza la proyección de que el nivel del mar seguirá aumentando en ausencia de cambios estructurales significativos en las emisiones globales o en el comportamiento climático.

En segundo lugar, el modelo logra capturar adecuadamente la estacionalidad de la serie. Se observan oscilaciones recurrentes a lo largo de todo el período, con picos y valles regulares que reflejan dinámicas cíclicas anuales. Esta componente estacional se mantiene durante el pronóstico, lo cual sugiere que el modelo no solo reproduce la tendencia estructural del GMSL, sino también sus fluctuaciones periódicas. La correcta incorporación de esta componente es fundamental para mejorar la precisión de las predicciones y evitar errores sistemáticos.

En cuanto al ajuste del modelo, se observa una alta coherencia entre la serie observada y la línea de pronóstico. La línea roja del modelo se superpone con precisión sobre los valores reales en los tramos en que ambos coinciden temporalmente, lo cual indica que el modelo tiene una buena capacidad de replicar el comportamiento histórico del GMSL. Esta concordancia respalda la idoneidad de los supuestos subyacentes al modelo estadístico empleado, y valida su aplicación en contextos predictivos a corto y mediano plazo.

En términos de incertidumbre del pronóstico, las bandas de confianza (en tonos de azul) muestran un patrón típico: conforme avanza el horizonte temporal, dichas bandas se amplían, reflejando el incremento natural de la incertidumbre inherente a toda proyección. Aun así, las bandas se mantienen dentro de rangos razonables, lo que sugiere que el modelo es estable y no propenso a generar pronósticos erráticos o extremadamente divergentes. Esto es un signo positivo de robustez estadística.

Medición del error del pronóstico

Comparación de métricas de precisión del modelo
Conjunto ME RMSE MAE MPE MAPE (%) MASE ACF1 Theil’s U
Training set ~0.00 5.71 4.62 NaN Inf 0.98 0.79 NA
Test set 2.5 6.51 5.22 4.22 10.55 1.11 0.68 1.87

En el conjunto de entrenamiento, el modelo logra un ajuste prácticamente perfecto, con un error medio (ME) cercano a cero y un RMSE de 5.71. Este bajo nivel de error cuadrático medio confirma que el modelo reproduce adecuadamente la dinámica interna de la serie histórica. El MAE de 4.62 también sugiere desviaciones absolutas pequeñas entre los valores reales y ajustados. La fidelidad del modelo al comportamiento observado, ya evidenciada en el gráfico con la línea roja del pronóstico superpuesta a la serie real, queda estadísticamente respaldada por estas métricas. Aunque el MAPE y MPE no son interpretables en el conjunto de entrenamiento debido a valores indefinidos (Inf y NaN), otras métricas como el MASE (0.98) indican que el modelo es ligeramente superior a un modelo ingenuo estacional.

Por otro lado, el desempeño en el conjunto de prueba —el verdadero indicador de capacidad predictiva— también es satisfactorio. El RMSE se incrementa moderadamente a 6.51, y el MAE sube a 5.22, reflejando un deterioro leve pero esperado frente a datos no observados durante el entrenamiento. Lo más relevante es que el MAPE alcanza 10.55%, lo cual se considera una tasa de error aceptable en el contexto de series temporales ambientales. Esto coincide con el gráfico, donde los valores reales de GMSL (línea negra) caen dentro de las bandas de confianza del pronóstico durante casi todo el período proyectado. La estadística Theil’s U = 1.87, aunque superior a 1, indica que el modelo no es óptimo, pero sí razonablemente competitivo frente a métodos simples, lo cual deja espacio para futuras mejoras.

Además, el valor de ACF1 (0.68) en el conjunto de prueba indica que existe una autocorrelación remanente leve en los residuos, pero no lo suficientemente fuerte como para invalidar el modelo. De hecho, esto podría explicar las oscilaciones alrededor del valor central pronosticado en la banda de incertidumbre, como se aprecia en el gráfico.

En conjunto, la evaluación numérica y visual del pronóstico de GMSL sugiere que el modelo es consistente, robusto y razonablemente preciso. Capta adecuadamente tanto la tendencia creciente como la estacionalidad de la serie, y mantiene un buen desempeño al proyectar a futuro. Las métricas de error refuerzan la confianza en la calidad del pronóstico generado, aunque los valores de MASE y Theil’s U también dejan abierta la posibilidad de optimizar el modelo mediante estrategias complementarias, como la inclusión de variables exógenas, transformaciones no lineales o modelos híbridos.

Comparación visual estimado vs real

Desde una perspectiva global, se aprecia que el modelo logra capturar de manera adecuada tanto la tendencia creciente como la estacionalidad del GMSL. Ambas líneas (observada y estimada) siguen trayectorias muy similares, con oscilaciones periódicas y una pendiente ascendente cada vez más marcada, especialmente a partir de 2012. Este comportamiento coherente respalda la validez del modelo y su capacidad para adaptarse a las características estructurales de la serie temporal.

En la primera parte de la serie (2004–2012), pueden observarse algunas discrepancias más notables entre los valores reales y las estimaciones, particularmente en los puntos extremos. Sin embargo, estas diferencias son relativamente pequeñas y parecen deberse a la volatilidad natural de los datos, así como a posibles eventos climáticos atípicos o errores de medición. Aun así, el modelo sigue mostrando una adecuada dirección de cambio y mantiene la forma cíclica general.

En el tramo más reciente (2013–2020), la concordancia entre las dos líneas mejora visiblemente. El modelo se ajusta más estrechamente a las variaciones del GMSL, reproduciendo con gran fidelidad tanto los picos como los valles. Este buen desempeño en el segmento final, que es crucial para la confiabilidad del pronóstico, es consistente con los resultados de precisión evaluados anteriormente (por ejemplo, un MAE moderado de 5.2 mm y un MAPE aceptable del 10.55%).

Este gráfico confirma visualmente los hallazgos cuantitativos ya discutidos en los apartados anteriores. El modelo presenta un ajuste sólido, reproduce adecuadamente la estacionalidad y tendencia del GMSL y minimiza los errores de predicción en la mayoría de los puntos. Su rendimiento mejora en los años recientes, lo cual es una señal positiva de que el modelo ha aprendido bien la estructura temporal del fenómeno. Si bien hay espacio para ajustes o mejoras metodológicas, el comportamiento general es altamente satisfactorio para fines de análisis predictivo y toma de decisiones climáticas.

Hipótesis

Temperatura y nivel del mar

Si la temperatura global sigue aumentando por la quema de combustibles fósiles y la deforestación, entonces es muy probable que el nivel del mar suba cada vez más porque el calor derrite glaciares y hace que el agua se expanda físicamente, como ocurre cada verano cuando el hielo de los polos se reduce. Esta relación se respalda en que el coeficiente de regresión para la temperatura es alto y estadísticamente significativo, lo que muestra que cada grado adicional tiene un impacto medible en la elevación del nivel del mar.

Producción de petróleo y cambio climático

De igual forma, si la producción de petróleo se mantiene alta o incluso crece, el nivel del mar podría seguir subiendo porque quemar petróleo libera gases de efecto invernadero, lo que atrapa más calor en la atmósfera y acelera el derretimiento de hielo, tal como se ha visto con el aumento de CO₂ desde la revolución industrial. Esta hipótesis se fundamenta en que la producción de petróleo resulta significativa en el modelo como indicador de la actividad económica y las emisiones, lo que sugiere que los sectores energéticos intensivos impulsan directamente el calentamiento global.

Hielo Antártico y nivel del mar

Asimismo, si grandes bloques de hielo en la Antártida continúan derritiéndose debido a temperaturas más altas y corrientes oceánicas cálidas, el mar aumentará más rápido porque este hielo terrestre, al derretirse, suma agua directamente al océano, como ya se observa con el colapso de algunas plataformas de hielo en los últimos años. Este resultado se explica porque en el modelo la pérdida de hielo antártico es estadísticamente significativa, mientras que la del Ártico no lo es, lo que muestra cómo la fusión de hielo terrestre contribuye directamente a incrementar el volumen de agua.

Calor oceánico como señal de alerta

Por otra parte, si los océanos siguen acumulando más calor, como sucede por la absorción de gran parte del calor global, es probable que el nivel del mar continúe subiendo a largo plazo porque el agua caliente ocupa más espacio y acelera la fusión de hielos cercanos, un fenómeno visible en los arrecifes de coral que se blanquean por exceso de calor. Aunque esta variable muestra una relación positiva con el nivel del mar, no es significativa al 5% en este período, lo que indica que su efecto acumulado podría manifestarse de forma más clara en un plazo más largo.

Estacionalidad y pronósticos

Finalmente, si no se tiene en cuenta que el nivel del mar y la extensión de hielo suben y bajan en ciclos cada año, como se observa cada verano e invierno, cualquier predicción sobre el clima puede ser poco precisa, ya que se ignoraría la forma natural en que la Tierra regula parte de su energía. Esto se confirma porque el modelo capta bien la estacionalidad, pero los análisis muestran que ignorar esta estructura podría subestimar fluctuaciones importantes en las proyecciones futuras.

Conclusiones

Los resultados obtenidos muestran que el modelo de series de tiempo logra capturar de forma sólida la relación entre la temperatura global, el calor oceánico, la extensión del hielo marino, la producción de petróleo y el nivel medio global del mar. Se confirma que variables como la temperatura y la producción de petróleo tienen un efecto positivo y estadísticamente significativo sobre la elevación del nivel del mar, mientras que la reducción de hielo terrestre en la Antártida contribuye de manera directa a este aumento. El desempeño del modelo refleja un buen ajuste global, cumple con los supuestos estadísticos y demuestra capacidad predictiva razonable, lo cual respalda su utilidad para entender y proyectar el comportamiento futuro de estos indicadores clave.

En pocas palabras, este análisis muestra que todo lo que hacemos como sociedad, desde producir y usar petróleo hasta emitir gases contaminantes, tiene consecuencias que se notan claramente en la naturaleza. Con el paso de los años, el planeta se ha ido calentando cada vez más, los océanos guardan ese calor, se derriten más glaciares y el nivel del mar sigue subiendo poco a poco. Todo esto está conectado: cuando hace más calor, hay menos hielo y más agua en los mares, y mientras sigamos usando tanto combustible fósil, esta situación solo va a empeorar.


GIF descriptivo


Estos resultados confirman lo que ya se observa en la vida diaria: cada año se sienten olas de calor más intensas, se pierden masas de hielo que antes eran estables y millones de personas que viven cerca de las costas pueden verse afectadas por la subida del mar. Esto nos recuerda que lo que se haga hoy para reducir la contaminación y cambiar la forma en que generamos energía será clave para frenar estos impactos en el futuro.